julio 6, 2024

La saga de Rápidos y Furiosos siempre ha sido algo difícil de criticar, por un lado hay quienes se divierten viendo qué tan lejos pueden llegar los guionistas respecto a las situaciones a las que se pueden enfrentar criminales en autos deportivos y, por otro, están quienes se quejan de la irrealidad que se maneja en las películas desde hace algunas entregas. Esta situación normalmente genera una disparidad entre la valoración por parte de la prensa especializada y la audiencia.

“Durante numerosas misiones más que imposibles, Dom Toretto y su familia han sido capaces de ser más listos, de tener más valor y de ir más rápido que cualquier enemigo que se cruzara con ellos. Pero ahora tendrán que enfrentarse al oponente más letal que jamás hayan conocido: Un terrible peligro que resurge del pasado, que se mueve por una sangrienta sed de venganza y que está dispuesto a destrozar a la familia y destruir para siempre todo lo que a Dom le importa”, cuenta la sinopsis oficial de la película. Jason Momoa se suma al reparto de Rápidos y furiosos 10 (Fast X) como el antagonista de la quinta entrega que busca venganza por la muerte de su padre.

Las primeras críticas le dan un 59% de aprobación en el sitio web Rotten Tomatoes, algo esperado teniendo en cuenta que las producciones de este estilo no son del total agrado de la prensa especializada en Estados Unidos.

Christian Holub, de Entertainment Weekly: “No hay duda de que esta franquicia es una tontería… pero tener un personaje constantemente ridiculizando a los demás y burlándose de todo se siente quizás un poco exagerado”.

Dan Jolin, de Empire Magazine: “Es una película que de alguna manera encuentra cosas nuevas y fabulosamente tontas que hacer con los autos, mientras que, aparte del cuestionable villano de Momoa, es exactamente lo que esperarías”.

Jude Dry, de IndieWire: “[Es] participar en el truco más antiguo del libro, usar extravagancia (léase: rareza) para señalar el mal. Enfrentado al paternalismo furioso del singular propósito rector de Dom Toretto de proteger a su familia a toda costa, el edicto moral es muy claro”.

Frank Scheck, de The Hollywood Reporter: “Lo que salva a Fast X es que es tan consciente de su propio absurdo que se convierte en una entretenida parodia de sí mismo”.

Todd McCarthy, de Deadline: “Con su suministro aparentemente inagotable de acción locamente divertida, este gran espectáculo de alto octanaje intenta, y no pocas veces lo logra, eliminar cualquier resistencia con sus inyecciones desarmantes, escandalosas y autoconscientes de campamento a menudo hilarante”.

Por su parte el público le ha dado una calificación de 89%, demostrando una vez más que la taquilla y el público manda y no tanto así, la crítica especializada.

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