septiembre 29, 2025

A photo illustration featuring arranged hydrocodone acetaminophen photographed on on Tuesday, Aug. 13, 2019. (Daniel Clark/The Nevada Independent)

En el norte de México, específicamente en Baja California, un total de 31 establecimientos entre farmacias y puntos de venta han sido clausurados tras ser detectados vendiendo medicamentos de manera irregular, posiblemente contaminados con fentanilo, informó la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) el viernes pasado.

El operativo, denominado ‘Albatros II’, desplegó a equipos especializados de la Cofepris y la Secretaría de Marina (Semar) que establecieron 53 puntos de inspección en establecimientos seleccionados.

Como resultado de esta acción, se suspendieron las operaciones en 31 farmacias y se confiscaron 4,681 cajas de medicamentos. Adicionalmente, se llevaron a cabo pruebas para identificar posibles falsificaciones, adulteraciones o la presencia de fentanilo en los productos.

La Cofepris destacó que estas medidas fueron posibles gracias a denuncias ciudadanas que señalaron irregularidades sanitarias, sentando un precedente en una región que recibe millones de turistas anualmente.

El objetivo principal de estas acciones es proteger a la población evitando la comercialización irregular de medicamentos controlados. La Cofepris reiteró su compromiso en este sentido, enfatizando que el uso de estos fármacos sin supervisión médica representa un riesgo para la salud y la vida de quienes los consumen.

Estos hechos ocurren en un contexto donde altos funcionarios de Estados Unidos y México han sostenido reuniones para abordar temas como el combate al fentanilo y al financiamiento ilícito, así como para fortalecer los lazos económicos entre ambas naciones.

El fentanilo, un potente opioide sintético usado como analgésico y anestésico en medicina, es legal cuando se utiliza bajo prescripción médica. Sin embargo, existe una versión ilegal fabricada en laboratorios de drogas, vendida en diversas formas como polvo, gotas para los ojos o rociadores nasales, representando un grave riesgo para la salud pública.

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