Cancún, Quintana Roo a 25 de Enero.- La lógica de pagar por el consumo se pone en tela de juicio en Cancún, donde la familia de Nadia Martínez enfrenta una deuda insólita con la empresa Aguakan. A pesar de que su antigua vivienda ha estado deshabitada por dos décadas, la cuenta de agua ha continuado incrementándose, llegando a una cifra exorbitante de 40 mil pesos, poniendo en riesgo la propiedad ante un posible embargo.
Hace 30 años, cuando María, madre de Nadia Martínez, llegó a Cancún, adquirió un terreno en la Supermanzana 99. Con el tiempo, la familia se trasladó a una casa más amplia que María construyó en la colonia El Pedregral, dejando la primera propiedad sin habitar. Durante esos años, el contador del agua siguió corriendo, acumulando una deuda que hoy día rebasa la capacidad de pago de la familia.
La injusticia de la situación es palmaria a ojos de Nadia, quien señala que, aunque arrendaron la propiedad en cuatro ocasiones, jamás se ofreció el servicio de agua dada la deuda preexistente. Con el correr del tiempo, la deuda inicial de 20 mil pesos se duplicó, y ahora Aguakan exige el pago total de los más de 40 mil pesos sin contemplar un acuerdo de pago fraccionado.
Las negociaciones con Aguakan han sido infructuosas. La empresa hidráulica, ante la elevada cifra adeudada, ha planteado un embargo de la vivienda como medida para recuperar la deuda. «Mi mamá les explicó que no tenemos agua, pero aún así no importa. Se van a ir sobre la casa si no pagamos», relata Nadia, graficando la encrucijada a la que se enfrenta su familia.
Los Martínez se han visto forzados a alquilar la propiedad como terreno, dado que carece de condiciones habitacionales por la falta de agua. Nadia Martínez y su madre María hacen un llamado a la razón y a la justicia, esperando llegar a una resolución que no perjudique más su economía, mientras afrontan la amenaza de perder su antiguo hogar a manos de una deuda por un servicio que nunca disfrutaron. Con información de La Verdad.