Redacción / Quintana Roo Ahora
México.- Luego de que el Instituto Nacional Electoral (INE) informara al Partido de la Revolución Democrática (PRD) sobre la pérdida de su registro a nivel nacional, el partido enfrenta un futuro incierto. Al no alcanzar el 3% de votación requerido el pasado 2 de junio, el PRD no podrá seguir recibiendo financiamiento público. El partido del Sol Azteca solo obtuvo el 1.86% de los votos, es decir, 1 millón 120 mil votos, una cifra superada por la cantidad de votos nulos, marcando el fin de una era para esta fuerza política. Sin embargo, sus líderes no descartan la posibilidad de ‘resucitar’ bajo una nueva identidad política.
Jesús Zambrano, dirigente nacional del PRD, y Ángel Ávila, representante electoral, han señalado que una de las opciones tras la resolución definitiva del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) es la creación de un nuevo partido político de izquierda. Zambrano explicó que buscarían integrar a algunos de los líderes de la Marea Rosa, quienes se movilizaron en repetidas ocasiones hacia el Zócalo en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE) y del Poder Judicial. También destacó la necesidad de una revisión profunda para reconstruir la fuerza política, incluyendo personajes de la academia, la política y la sociedad civil.
Por su parte, Ángel Ávila indicó que la formación de un nuevo partido político requeriría la unificación de las diversas fuerzas de izquierda en el país, con una visión a futuro. El INE ha notificado al PRD sobre la pérdida de su registro, una decisión que debe ser ratificada por el TEPJF. Mientras tanto, el partido ha entrado en una fase de prevención.
“Una fuerza partidista entra en un periodo de prevención cuando se ubica en alguno de los supuestos de pérdida de registro como partido político nacional”, señaló Ávila, subrayando que este es un momento crucial para definir el rumbo del movimiento político que ha representado al PRD.
Con la pérdida de su registro, el PRD se enfrenta a un desafío existencial. Sin embargo, la posibilidad de un nuevo comienzo bajo una nueva bandera de izquierda ofrece un rayo de esperanza para sus seguidores y líderes, quienes buscan adaptarse y continuar su lucha política en México.
