septiembre 28, 2025

PasoEnFalso

Heyden Cebada Rivas presentó su segundo informe al frente del Poder Judicial de Quintana Roo en medio de una atmósfera cargada de formalidad y autoelogios. Los otros Poderes del Estado estaban presentes, listos para aplaudir los “logros” de su gestión, pero la realidad fuera de esas paredes cuenta otra historia. A pesar de las frases preparadas sobre el supuesto progreso, la impunidad continuaba siendo el orden del día, y la percepción ciudadana sobre el trabajo de fiscalías y jueces sigue deteriorándose.

Los datos no mienten: en todo el país, la impunidad alcanza un escalofriante 99.6%, mientras que en Quintana Roo, apenas desciende a un 99.3%… “bastante” mejor que en el resto. Los homicidios dolosos se resuelven en un ínfimo 7% de los casos, y los feminicidios rara vez obtienen una sentencia condenatoria. Los tan pregonados avances no son más que espejismos, y los resultados reales son vergonzosos.

El Sistema de Justicia Penal, lejos de solucionar los problemas arraigados, parece haber introducido nuevas formas de injusticia. El procedimiento abreviado, uno de los métodos supuestamente innovadores, ha permitido que se perpetúen violaciones a los derechos humanos y prácticas de tortura, la justicia se desmorona…

La corrupción es un mal que aqueja tanto a fiscalías como al Poder Judicial. Las fiscalías enfrentan problemas estructurales y normativos, mientras que en los juzgados, la corrupción ha echado raíces profundas. Se habla de reformas y de la creación de nuevas fiscalías, como la reciente propuesta para combatir la corrupción en Quintana Roo, pero estos cambios se sienten insuficientes y distantes. ¿Será que este informe de Cebada Rivas será el último? Todo dependerá de cómo avance la tan anunciada reforma judicial a nivel nacional, aunque lo cierto es que los resultados visibles son mínimos.

En el trasfondo de este informe oficial, hay una sombra que acecha la figura de Cebada Rivas. Acusaciones personales y rumores de amenazas han comenzado a hacer mella en la imagen del magistrado. A pesar de las voces que claman por una respuesta, el silencio de Cebada Rivas ha sido su único “escudo” ante estas controversias, dejando en el aire una sensación de complicidad o, al menos, de indiferencia.

Un tema que ya ha sido bastante ventilado, donde Cebada Rivas ha dejado claro que a “sus mujeres” no sólo les brinda amor, sino también todo el poder del aparato judicial para cobrar venganza en contra de sus exparejas, que sean inocentes, es lo de menos.

Lo que quedó después de este segundo informe fue poco más que un desfile de formalidades vacías: discursos sin sustancia y una realidad que no cambió en lo más mínimo. Un informe por mero protocolo, que sino lo exigiera la ley, tal vez se lo habrían podido ahorrar, total, NADA CAMBIA

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