
Redacción / Quintana Roo Ahora
Cancún.- En el corazón de la Supermanzana 48 de Cancún, el kiosco del Parque de la calle Ocosingo se ha convertido en un triste reflejo del abandono. Su techo de lona, desgastado y destrozado, ondea al viento como un emblema de descuido, dejando a la vista jirones que apenas se sostienen. Los estragos del tiempo, las lluvias y el inclemente sol han hecho de este espacio un lugar poco acogedor.
A pesar de la mala imagen que presenta, el parque sigue siendo un punto de encuentro para los vecinos. Aquí se practica deporte, se baila, se ejercita, se escucha música y se disfruta de un momento de tranquilidad. Sin embargo, esta cotidianidad se ve interrumpida cuando las lluvias amenazan con mojar a quienes se refugian bajo un techo que ya no cumple su función. Ante la inminente llegada del agua, muchos se ven obligados a abandonar el lugar apresuradamente, dejando atrás el deseo de disfrutar de un espacio que debería ser un símbolo de convivencia.

La Dirección de Servicios Públicos Municipales realiza un esfuerzo notable al podar los árboles y recoger las ramas caídas para mantener el parque limpio. Sin embargo, este esfuerzo se ve empañado por la falta de atención al kiosco, que continúa en condiciones lamentables. Es incongruente que en una zona que colinda con avenidas tan transitadas como Cabá, La Luna, Nichupté y Konhulich, un espacio de recreación se encuentre en un estado tan deplorable.
Es momento de que las autoridades escuchen el llamado de la comunidad y tomen medidas para restaurar el kiosco de la Supermanzana 48. La inversión en mantenimiento no solo embellecería el parque, sino que también devolvería la dignidad a un espacio que, a pesar de su deterioro, sigue siendo apreciado por quienes buscan un refugio en medio de la vorágine urbana. La mejora de este espacio es una oportunidad para revitalizar la convivencia y promover una Cancún más amigable y cuidada. Con información de Santos Us.