Redacción / Quintana Roo Ahora
Canc{un.- En un reciente episodio de su canal de YouTube, la psicóloga Silvia Olmedo presentó una estremecedora entrevista con Ivana Manzur, quien relató el brutal ataque de cocodrilo que sufrió en Cancún en julio de 2021. Lo que comenzó como una cena familiar en el corazón del Caribe mexicano, terminó en una pesadilla que dejó cicatrices físicas y emocionales en la vida de la joven hija del presidente del equipo de béisbol «Los Olmecas» de Tabasco.
El video, titulado «Casi PIERD0 la vida en Cancún por un cocodrilo», forma parte de la serie “Caras vemos, sufrimiento no sabemos” y ha capturado la atención de miles de espectadores desde su lanzamiento el pasado 18 de septiembre. A través de esta plataforma, Ivana abre sus heridas al público, mostrando una valentía que impacta tanto como la violencia de la experiencia que vivió.
La noche del ataque, Ivana disfrutaba de la compañía de sus amigos en uno de los muelles de la laguna Nichupté, cuando, al intentar grabar una historia para Instagram, perdió el equilibrio y cayó al agua. En cuestión de segundos, lo que debió ser un momento de diversión se convirtió en un enfrentamiento con la muerte.
«Cuando abrí los ojos, me encontré cara a cara con el cocodrilo», recuerda con voz temblorosa. Lo que vino después fue una lucha desesperada. El cocodrilo la mordió en la pierna y comenzó a arrastrarla hacia el fondo. «Pensé que iba a morir. Pero algo dentro de mí me hizo pelear», confesó. Contra todo pronóstico, logró zafarse tras golpear repetidamente al animal, pero las secuelas fueron devastadoras.
Lo más indignante para Ivana no fue solo el ataque del reptil, sino la reacción del restaurante. No había protocolos de seguridad y el accidente fue reportado como un simple «desmayo». La joven fue retirada discretamente por una salida trasera, en un intento de minimizar el impacto mediático del incidente. «Me sacaron como si fuera una mercancía dañada, tratando de esconder lo que había pasado», relató.
La recuperación física fue solo el principio. Ivana pasó meses en el hospital sometiéndose a cirugías, mientras enfrentaba la invasión a su privacidad tras la filtración de imágenes de su estado postoperatorio. A esto se sumaron los comentarios crueles en redes sociales que la calificaban de «imprudente». Ivana, como muchas víctimas de ataques, tuvo que lidiar con la estigmatización y la incomprensión pública.
A lo largo de su proceso de sanación, Ivana comenzó a luchar con ansiedad y una recaída en su trastorno alimenticio, revelando la complejidad del trauma psicológico que los sobrevivientes de eventos extremos enfrentan. Pero a pesar de las adversidades, la joven ha demostrado una fortaleza admirable. Su batalla no solo ha sido contra las heridas físicas, sino también contra los demonios emocionales que el ataque desató.
Con el tiempo, Ivana aprendió a ver al cocodrilo no como un enemigo, sino como un ser que reaccionó por instinto. Esta perspectiva, fruto de su proceso terapéutico, la ha llevado a hablar públicamente sobre la importancia de la coexistencia responsable con la fauna salvaje, especialmente en zonas turísticas como Cancún. Hoy, su misión es concienciar sobre la presencia de estos animales y la necesidad de tomar medidas de prevención en lugares turísticos donde habitan.
La historia de Ivana no es solo la de una joven que sobrevivió a un ataque brutal, sino la de una mujer que ha decidido transformar su experiencia en una lección de vida. Desde el miedo paralizante hasta el empoderamiento, su viaje nos recuerda que el verdadero desafío no termina con la supervivencia, sino con la sanación. Y en este proceso, Ivana Manzur ha demostrado que, aunque las cicatrices físicas puedan ser profundas, el espíritu humano tiene la capacidad de superar incluso las pruebas más oscuras.