septiembre 17, 2024

Redacción / Quintana Roo Ahora

Venezuela.- Cuando se trata de Nicolás Maduro, ya nada sorprende. En una movida que parece más un episodio de “Realidad Ficción”, el presidente venezolano ha decidido adelantar la Navidad para el 1 de octubre. Así lo anunció este lunes, en medio de una crisis política que no da tregua, como un “regalo” a su pueblo tras su controvertida reelección. Porque sí, cuando el país arde en protestas y la oposición está siendo perseguida, nada mejor que colgar las luces y poner a sonar villancicos, ¿verdad?

Este no es un truco nuevo en el repertorio de Maduro. Desde que asumió la presidencia en 2013, ha jugado la carta de la Navidad temprana para distraer a la población de las múltiples crisis que atraviesa Venezuela. En 2020, por ejemplo, adelantó las festividades al 15 de octubre, intentando desviar la atención del desastre provocado por la pandemia. En 2021 repitió la maniobra, y ahora, en 2024, vuelve a sacar de su sombrero la misma vieja táctica, apenas un mes después de unas elecciones plagadas de denuncias de fraude y represión.

¿Pero qué es lo que realmente busca Maduro con esta estrategia? Algunos dirían que es una simple maniobra populista, un intento desesperado por mantener la ilusión de normalidad en un país donde la crisis económica y política no tiene fin. Otros podrían verlo como un esfuerzo por desviar la atención de la reciente orden de arresto contra el candidato opositor Edmundo González Urrutia, acusado de delitos de terrorismo, en un contexto donde la legitimidad de su reelección está bajo intenso escrutinio.

Lo que es indudable es que mientras la Navidad llega en octubre, la realidad para los venezolanos sigue siendo tan cruda como siempre. La pregunta que queda es cuánto tiempo más podrá Maduro mantener la ilusión de paz y prosperidad con adornos navideños y promesas vacías.

Y en un giro adicional al drama, Rusia entra en escena exigiendo a Estados Unidos que devuelva el avión oficial de Maduro, confiscado bajo las sanciones impuestas por Washington. Desde Moscú, se levanta la voz en defensa de su aliado bolivariano, acusando a Estados Unidos de un “total desprecio por las normas jurídicas internacionales”. Pero mientras estos gigantes se enfrentan en el tablero geopolítico, el venezolano común se pregunta si colgar la estrella en el árbol en octubre hará alguna diferencia en su día a día.

En fin, entre luces de Navidad, crisis política y tensiones internacionales, Venezuela sigue navegando en un mar de incertidumbres. ¿Y tú, ya pusiste tu arbolito? Porque en el país de Maduro, la Navidad empieza en octubre, aunque la realidad diga lo contrario.

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