septiembre 28, 2025

Redacción / Quintana Roo Ahora

SINALOA.- La reciente captura de Ismael “Mayo” Zambada, líder del Cártel de Sinaloa, ha desatado una ola de violencia sin precedentes en Culiacán, Sinaloa. La ciudad, conocida por su dinámica vida urbana, ahora vive una realidad marcada por el caos y el miedo, con enfrentamientos entre facciones rivales del crimen organizado como Los Chapitos y La Mayiza, que han alterado drásticamente la vida cotidiana.

El ambiente de inseguridad ha impuesto un toque de queda autoimpuesto en la ciudad. Los supermercados, anteriormente parte de la rutina diaria, se han convertido en puntos de tensión. Los residentes han compartido imágenes en redes sociales que muestran estantes vacíos, largas filas y horarios de apertura reducidos. La escasez de productos básicos como huevos, pan y papel higiénico es evidente en TikTok, donde los usuarios documentan cómo el pánico ha llevado a una notable falta de productos esenciales. Un video viral muestra a una joven explicando que tuvo que cambiar sus planes debido a las balaceras cercanas, ilustrando cómo la inseguridad ha trastocado la vida diaria.

Impacto económico: millones en pérdidas para los comerciantes

La violencia ha tenido un impacto económico devastador. La Unión de Comerciantes de Culiacán (UCC) estima que las pérdidas económicas superan los 800 millones de pesos en los últimos días. Los negocios, cerrados o operando a medias, enfrentan incertidumbre sobre su futuro. En una reciente reunión con empresarios, el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, intentó calmar los ánimos, asegurando que el gobierno está “haciendo todo lo posible” para controlar la situación. Sin embargo, los empresarios han exigido medidas adicionales de seguridad, especialmente en carreteras y centros de distribución, para poder reactivar sus operaciones.

El impacto emocional de la violencia también es palpable en las redes sociales, donde jóvenes de entre 15 y 25 años comparten sus experiencias. Un video muestra a una madre cuyos hijos observan las calles vacías desde la puerta de su hogar, mientras otro usuario comenta: “El culiacanazo me agarró desprevenida en lunes y sin huevos”. Esta ansiedad ha llevado a las personas a salir en pijama para realizar compras antes del cierre de los establecimientos, con una joven describiendo cómo solo encontró un carrito roto y una escasez de plátanos y huevos.

¿Qué dice el Gobierno?

El gobernador Rocha Moya ha intentado minimizar la percepción de inseguridad, afirmando que la situación está bajo control. No obstante, los habitantes y empresarios de Culiacán siguen demandando una mayor presencia policial y rondas de vigilancia para retomar sus actividades cotidianas sin temor a enfrentamientos. Además, los ciudadanos piden la implementación de una Red Segura que conecte a las autoridades con los comerciantes, brindando información y protocolos de seguridad en tiempo real.

La vida en Culiacán está lejos de volver a la normalidad. Lo que antes era una actividad rutinaria, como ir al supermercado, se ha transformado en una experiencia cargada de miedo y ansiedad. Las redes sociales han sido un reflejo de la frustración de los habitantes, mientras que los empresarios luchan por mantener sus negocios en medio del caos. El futuro de la ciudad depende de una respuesta efectiva que restablezca la seguridad y la normalidad.

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