
Redacción / Quintana Roo Ahora
Felipe Carrillo Puerto.- Las desapariciones en el municipio de Felipe Carrillo Puerto han dejado a familias sumidas en la desesperación, y las redes sociales se han convertido en el único refugio para quienes buscan respuestas. Este es el caso de Seydi N.A.M., quien, con un angustioso mensaje, clama por noticias de su hermano, conocido como “Pankeke Marín”, quien ha estado ausente desde el pasado domingo. “¿Dónde estás? Solo le pido a Dios por ti y espero saber si estás bien. Te quiero mucho, hermano, comunícate, por favor”, escribió Seydi, mostrando al mundo la impotencia que embarga a quienes ven desvanecerse a sus seres queridos sin explicación.

Hasta el momento, la Fiscalía General del Estado no ha emitido una ficha de búsqueda para «Pankeke», y la ausencia de una denuncia formal parece ser la causa de esta inacción oficial. A pesar de ello, las redes sociales han amplificado su caso, como ha ocurrido con otros desaparecidos, en un esfuerzo por visibilizar una realidad que sigue sin recibir la atención adecuada por parte de las autoridades.
Mientras Seydi lucha por respuestas, otra familia en la comunidad maya de Chunyah ha encontrado alivio, aunque incompleto. La Fiscalía desactivó la ficha de búsqueda de Santos Filomeno C.M., de 33 años, quien fue reportado desaparecido el 26 de septiembre y localizado con vida días después. Sin embargo, no se han proporcionado detalles sobre las circunstancias de su hallazgo, manteniendo un velo de misterio sobre la situación.
Este municipio se ha convertido en escenario de desapariciones que alimentan la ansiedad colectiva. El pasado 27 de septiembre, Chunyah fue testigo de un espeluznante hallazgo: un cuerpo embolsado, arrojado frente a un domicilio, lo que desató una movilización de fuerzas de seguridad e investigación. Estos hechos violentos y las desapariciones constantes pintan un panorama oscuro para los habitantes, quienes viven bajo la sombra de la incertidumbre.
¿Por qué la Fiscalía no ha emitido fichas de búsqueda para todos los casos? ¿Por qué hay quienes, como Seydi, deben recurrir a las redes sociales para ser escuchados? Estas son preguntas que resuenan en una comunidad cada vez más golpeada por la ausencia de respuestas.
La falta de acción oficial ante desapariciones como la de «Pankeke» refleja una desconexión entre las necesidades de los ciudadanos y la burocracia. Mientras tanto, las familias continúan viviendo con la angustia de no saber qué ha ocurrido con sus seres queridos, con la esperanza de que, algún día, el silencio se rompa.