septiembre 28, 2025

Paso en falso

La llegada de Paul Carrillo de Cáceres al gabinete de Mara Lezama como secretario estatal de Desarrollo Económico ha generado más que sorpresa: ha abierto viejas heridas y desatado una serie de cuestionamientos sobre la coherencia política y el legado que arrastra el exalcalde priista de Cancún. Como último alcalde del PRI en la ciudad, entre 2013 y 2016, Carrillo gobernó bajo la sombra de Roberto Borge, un exgobernador que dejó su huella en la corrupción y la devastación institucional de Quintana Roo.

¿Qué significa su inclusión en un gobierno que busca diferenciarse de esas viejas prácticas?

Cuando Paul Carrillo fue alcalde, Cancún vivía en una especie de burbuja de poder concentrado. El PRI aún controlaba buena parte del estado y las alianzas entre políticos y empresarios eran más que evidentes. Uno de los episodios más recordados fue cómo la mano de Beto Borge, entonces gobernador, lo llevó a la victoria en una contienda marcada por el peso del aparato priista. En ese entonces, poco se imaginaba que el PRI caería en una de sus peores crisis políticas a nivel nacional y local, lo que lo llevó a perder no sólo la confianza de los ciudadanos, sino también el control de gran parte del estado, y hoy, del país. Incluso Beto Borge era tomado de ejemplo de la nueva camada joven del PRI…

La Secretaría de Economía, históricamente NO ha servido para nada en Quintana Roo, entonces, para que revivir a quienes sólo le aportan un tufo del borgismo al gobierno de la, según, 4T, y más cuando el reto es enorme: no sólo se trata de administrar una oficina, sino de diseñar políticas que impulsen la economía local más allá de los modelos tradicionales de sol y playa, que, en tiempos de crisis global, han demostrado ser insuficientes.

¿Es Paul Carrillo la persona adecuada para este reto? La respuesta depende de cómo el exalcalde maneje su papel. Puede ser que Carrillo, en una especie de redención política, logre hacer de su gestión un modelo de desarrollo económico inclusivo y diversificado, algo que Quintana Roo necesita con urgencia. Sin embargo, su cercanía con las viejas cúpulas del PRI y los cuestionamientos que aún pesan sobre su administración en Cancún no se pueden ignorar.

Lo que está en juego no es sólo su reputación, sino la credibilidad de un gobierno que busca marcar una diferencia respecto a las administraciones pasadas. En un estado donde la política ha sido históricamente una red de lealtades y favores, la inclusión de Carrillo es un mensaje ambiguo. ¿Estamos viendo una apuesta por la experiencia, o una concesión a los fantasmas del pasado?

Tiempo al tiempo…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *