Paso en falso
En política, las excusas suelen llenar más huecos que el pavimento en nuestras calles. La presidenta municipal de Benito Juárez, Ana Patricia Peralta, asegura que los baches de Cancún son el resultado de los errores de administraciones pasadas. Sin embargo, esta declaración pierde fuerza cuando recordamos que, en los últimos 11 años, quienes han tenido el poder en Cancún han sido los partidos de la Cuarta Transformación y «aliados»: primero el PRI, luego el Partido Verde y finalmente Morena. Es decir, los responsables de los baches no son “los de antes”, sino los de siempre.
El panorama se agrava cuando analizamos el desempeño de los protagonistas. Paul Carrillo, priista al frente de Benito Juárez entre 2013 y 2016, hoy ocupa un alto puesto en el gabinete de Mara Lezama, quien gobernó el municipio entre 2018 y 2022 bajo Morena. Entre ambos estuvo Remberto Estrada, del Partido Verde, partido donde también inició su carrera Ana Patricia Peralta. La pregunta es evidente: si los mismos actores han moldeado Cancún, ¿a quién culpar? Es difícil no pensar que el discurso de la presidenta es un intento de deslindarse de una responsabilidad compartida.
Por otro lado, el contraste con las calles pavimentadas con concreto hidráulico o las empedradas de avenida La Costa es abrumador. Muchos años después, esas vialidades siguen intactas, resistiendo lluvias y el paso del tiempo. Más que una lección de ingeniería, esto debería ser una lección política. ¿Por qué, entonces, las administraciones recientes insisten en soluciones a medias que apenas soportan un temporal? Tal parece que los baches, más que un problema técnico, son un síntoma de prioridades equivocadas.
Tapar más de 80 mil baches puede sonar como un logro, pero no lo es si las reparaciones son efímeras. Los ciudadanos no solo pedimos calles sin hoyos, sino también gobiernos sin excusas. Lo que hace falta no es más relleno, sino un cambio profundo en la forma de gestionar y planificar la ciudad. Cancún no necesita promesas ni justificaciones; necesita soluciones que, como el concreto hidráulico o las calles empedradas de la gestión de Carlos Cardín hace ya casi 30 años, soporten el paso del tiempo y dejen de culpar al pasado para construir un futuro mejor.