
Redacción / Quintana Roo Ahora
ESTADOS UNIDOS.- Eva Longoria, reconocida actriz texana con una sólida carrera en Hollywood y un activismo político que no pasa desapercibido, ha tomado una decisión que ha dejado a muchos boquiabiertos. En un movimiento cargado de simbolismo, Longoria ha optado por dejar Estados Unidos debido a lo que ella considera una preocupante situación política, desencadenada por el regreso de Donald Trump al poder.
En compañía de su esposo, el empresario mexicano José Bastón, y su hijo Santiago, de apenas seis años, la actriz ha comenzado una nueva etapa de su vida lejos del país que la vio nacer. Ahora, la familia reparte su tiempo entre México y España, donde Longoria asegura haber encontrado un ambiente más acorde con sus valores y aspiraciones personales.
Para Longoria, quien ha sido una crítica constante de las políticas de Trump, el cambio no se trata solo de una cuestión personal, sino también de coherencia con sus principios. “Vivimos en una época en la que no solo tenemos que alzar la voz, sino también actuar. Mi familia y yo hemos tomado esta decisión porque creemos en construir un entorno que refleje lo que queremos para nuestro hijo”, habría dicho en una entrevista reciente.
Desde su nueva vida entre dos culturas, Longoria no solo sigue activa en su carrera artística, sino también en su labor filantrópica, especialmente en iniciativas que promueven la educación y el empoderamiento de la comunidad latina. Este cambio geográfico, según fuentes cercanas, también responde al deseo de reconectar con sus raíces mexicanas y europeas, dándole a su hijo una perspectiva multicultural más amplia.
La mudanza de Longoria resalta una realidad que muchos estadounidenses están enfrentando: el impacto de las tensiones políticas en las decisiones de vida. Aunque Eva ha optado por mirar hacia el exterior, su mensaje es claro: no se trata de rendirse, sino de buscar alternativas que permitan seguir luchando desde una posición de coherencia y fortaleza.
En México y España, Eva Longoria ha encontrado un nuevo escenario para continuar siendo esa mujer que equilibra la fama con la acción social. Su partida de Estados Unidos no es un adiós definitivo, pero sí un recordatorio de que, a veces, dar un paso al costado es la mejor manera de avanzar.