Paso en falso
El reciente anuncio sobre la certificación nacional de los parques de Isla Mujeres como espacios seguros para la niñez es un paso significativo que refleja el compromiso del gobierno municipal con la protección y desarrollo integral de las niñas y los niños. Bajo el liderazgo de la alcaldesa Atenea Gómez Ricalde, esta iniciativa no solo posiciona al municipio como un referente nacional, sino que también subraya la importancia de crear entornos seguros y accesibles donde la infancia pueda crecer y desarrollarse plenamente.
El proceso de certificación, en coordinación con SESIPINNA, es un ejemplo de cómo las políticas públicas pueden transformar espacios cotidianos en lugares de protección y bienestar. La evaluación de seguridad y accesibilidad de los parques no solo busca cumplir con estándares nacionales, sino también ofrecer un mensaje claro: la niñez está en el centro de las decisiones gubernamentales. Esta visión resuena con el Nuevo Acuerdo por el Bienestar y Desarrollo de Quintana Roo, impulsado por la gobernadora Mara Lezama Espinosa, donde la infancia tiene un papel central.
Más allá de la certificación, esta iniciativa debería ser vista como una invitación para que otros municipios se sumen a la creación de espacios seguros. La protección de los derechos de la niñez no es solo un deber legal, sino una inversión en el futuro de nuestras comunidades. En un mundo donde las noticias sobre violencia infantil suelen ocupar titulares, resulta esperanzador ver esfuerzos concretos por construir un entorno donde los más pequeños puedan jugar, aprender y convivir con tranquilidad.
Con proyectos como este, Isla Mujeres envía un mensaje positivo: las políticas públicas pueden ser herramientas poderosas para el cambio social. Ojalá esta certificación sea solo el comienzo de una estrategia aún más ambiciosa que inspire a otros a priorizar a la niñez, recordándonos que un parque seguro no es solo un lugar para jugar, sino una semilla para construir comunidades más fuertes y solidarias.