
Redacción / Quintana Roo Ahora
México.- Miss Universo no solo es un certamen de belleza, sino también un escaparate de la diversidad cultural y artística que habita en el mundo. Este 2024, en la Ciudad de México, las concursantes desfilaron con elaborados trajes típicos que contaron historias de su tierra, sus tradiciones y su gente, reafirmando que cada diseño es un homenaje a las raíces de las naciones.

















Entre plumas, brillos y texturas vibrantes, las reinas de belleza asumieron la compleja misión de condensar la identidad de sus países en una obra de arte textil. De entre los cientos de trajes, fueron los de las representantes latinoamericanas los que se llevaron los reflectores, no solo por su impresionante elaboración, sino por la pasión con la que las portaron.
Desde la exuberancia del quetzal guatemalteco hasta los colores ardientes de los carnavales brasileños, cada diseño no solo era una muestra de la creatividad de los diseñadores, sino también un recordatorio de que la moda puede ser una poderosa herramienta para preservar y compartir historias.
Miss Universo 2024 ha reafirmado que el desfile de trajes típicos es mucho más que un momento de espectáculo: es una celebración de la identidad cultural global. Mientras el jurado selecciona a una ganadora, nosotros, los espectadores, ya hemos sido premiados con un desfile que es un festín visual y un viaje cultural sin precedentes.