
Agencias
ARGENTINA.- Un grupo de fieles católicos protestó frente a un canal de ‘streaming’ de Argentina que realizó una parodia sobre el nacimiento de Jesús, y que incentivó una fuerte polémica que incluye a medios de comunicación, la religión y represores de la última dictadura militar.
«¡Viva Cristo Rey!», «¡Viva María Santísima!», señalaban las pancartas mostradas por los creyentes que se apostaron frente a Olga, uno de los canales más vistos de argentina, en respuesta a una convocatoria «en desagravio y repudio por la blasfema parodia del nacimiento de Cristo».
Ahí, llevaron a cabo un «rezo colectivo del Santo Rosario» alrededor de una virgen y un crucifijo colocados en un altar improvisado. Algunos permanecieron de pie y otros de rodillas. Las mujeres llevaban el cabello cubierto con velos blancos y negros.
Mientras los católicos protestaban, en Olga comenzó el programa «Mi primo es así», cuyos conductores realizaron el jueves pasado un sketch del «pesebre viviente» en el que parodiaron a María, a José y al niño Jesús.
Desde ese día, la controversia fue incesante y se dividió entre quienes lanzaron ácidas condenas al canal y a los conductores, a los que acusaron de faltarle el respeto a la Iglesia Católica; y quienes defendieron la libertad de expresión y apelaron al sentido del humor.
El escándalo no amainó. El tema se abordó en medios tradicionales, en los canales de streaming, en las redes sociales. Y entonces el grupo de católicos anunció que protestaría frente a Olga.
Los medios argentinos revelaron que la manifestación fue organizada por Javier Olivera Ravasi, un cura ultraconservador que defiende a los represores que cometieron delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar (1976-1983). Sin embargo, el prelado no acudió en persona a la protesta.
Ravasi fue expulsado de su congregación este año, luego de que organizara la visita que un grupo de legisladores oficialistas realizó a los exmilitares condenados, lo que desató uns crisis política para el Gobierno del presidente Javier Milei.
Con los manifestantes en la puerta y después de una semana de polémica, el conductor Martín Rechimuzzi comenzó el programa con un pedido de perdón.
«Queríamos pedir sinceras disculpas. No fue nuestra intención generar una burla a una religión ni a sus fieles, corresponde reconocer cuando nos equivocamos y eso fue lo que pasó», afirmó junto a sus compañeros.
«Este equipo, antes de comenzar el programa de hoy, considera oportuno pedir perdón, nos acercamos a las Fiestas y estas fechas deben ser de unión y de paz», convocó, mientras los religiosos seguían rezando.
SIM