
Redacción / Quintana Roo Ahora
CANCÚN.- La lucha por la libertad de Emiliano Ramos Hernández, exdiputado local, alcanzó un nuevo clímax este lunes con una protesta frente a los juzgados orales de la avenida Nichupté, en la Supermanzana 510. Familiares, amigos y simpatizantes alzaron la voz para denunciar lo que consideran una detención injusta, mientras Ramos continúa en huelga de hambre en el penal de Playa del Carmen.
Encabezando la manifestación, Alejandro Ramos Hernández, hermano del político, junto a Daysi Saraí Toboada Moreno y su hija Jimena, alzaron pancartas que exigían justicia y libertad. Toboada, en un tono firme pero visiblemente afectada, expresó: “Emiliano es un preso político, encarcelado por proteger a sus hijas. Exigimos justicia para mi hija Jimena y la liberación de Emiliano”.
El movimiento, que ya suma semanas de protestas, tomó un giro más frontal con la divulgación de una carta dirigida al presidente del Tribunal Superior de Justicia del estado, Heyden Cebada Rivas. En la misiva, Ramos lanza una serie de preguntas y acusaciones directas contra el funcionario, evidenciando presuntas irregularidades y omisiones en el proceso judicial que lo mantiene tras las rejas.
Entre los puntos más graves, Ramos asegura que, en 2021, Heyden Cebada actuó como intermediario de su exesposa para presionarlo a firmar un acuerdo que lo obligaría a abandonar su hogar junto con su hija Jimena, bajo amenaza de represalias. Además, denuncia que diversas instancias judiciales han sido omisas en resolver apelaciones y denuncias que implican a su exesposa, Paola Moreno, por presuntos actos de violencia, fraude procesal y abuso de confianza.
“Si eso no es complicidad, es incapacidad en tu desempeño como presidente del Tribunal”, sentencia Ramos en su carta, exigiendo la renuncia del magistrado para permitir que el Poder Judicial recupere su integridad.
La carta, firmada desde el Centro de Retención Municipal de Solidaridad, refleja la desesperación de un hombre que asegura estar pagando el precio de enfrentar un sistema judicial que, a su juicio, actúa de forma parcial y selectiva.
Mientras tanto, la protesta frente a los juzgados orales sirvió como altavoz para estas denuncias, dejando claro que los familiares y amigos de Ramos no descansarán hasta obtener justicia. La pregunta queda en el aire: ¿hasta dónde llegará este conflicto entre un ciudadano y las instituciones que prometen imparcialidad?