enero 20, 2025

Paso En Falso

El 2024 cerró con aplausos para Mara Lezama. Su gobierno logró un control absoluto: tres poderes, organismos autónomos y hasta los partidos de oposición. Un triunfo electoral aplastante y una relación cercana con AMLO la consagraron como una figura de peso en la 4T. Pero el poder absoluto tiene un costo, y 2025 se perfila como el año donde los vicios de ese modelo pueden fracturar su legado. Seguridad, relaciones políticas y el malestar interno en MORENA son bombas de tiempo que requerirán algo más que carisma para desactivar.

La inseguridad, el talón de Aquiles del sureste, sigue siendo la asignatura pendiente. Los índices delictivos bajan, pero la percepción de peligro crece como una sombra sobre el estado. La gobernadora insiste en que la «transformación» requiere paciencia, pero los ciudadanos exigen resultados tangibles. ¿De qué sirve una gobernadora «presente y popular» si las calles siguen siendo un campo de batalla? La nueva estrategia de seguridad de Claudia Sheinbaum podría ser un salvavidas o un lastre, dependiendo de su ejecución, pero el tiempo se agota para traducir promesas en paz.

En el ámbito político, el “segundo piso” del gobierno de Mara enfrenta desafíos más complejos. Su relación con Claudia Sheinbaum es formal, casi protocolaria, y dista mucho de la cercanía que tuvo con AMLO. Pero el verdadero campo minado está en MORENA, donde el «morenismo puro» comienza a cuestionar su liderazgo. La llegada de Rafael Marín y el descontento contra Eugenio «Gino» Segura como candidato único para 2027 amenazan con abrir grietas en un proyecto que antes parecía monolítico. La «rebelión» interna no es menor: es el síntoma de un partido que, sin elecciones próximas, empieza a deshacerse de la disciplina férrea que AMLO impuso.

Mara Lezama está en un punto de inflexión. Tiene poder, pero ese poder comienza a tambalear. Si no logra consolidar su visión más allá del «marismo», será recordada como una gobernadora de resultados a medias, presa de un sistema que exige más de lo que entrega. 2025 no es solo un año más; es el espejo que reflejará si la transformación que prometió fue genuina o simplemente un espejismo con fecha de caducidad.

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