Paso En Falso
El informe de los primeros 100 días de gobierno de Claudia Sheinbaum el pasado domingo no solo fue un escaparate para mostrar los logros de la 4T, sino también un reflejo de cómo se mueven las piezas políticas más allá del discurso oficial. Entre las y los políticos quintanarroenses que acudieron a la CDMX para aplaudir a la presidenta –como era de esperarse– hubo una presencia que sorprendió: Lili Campos, la panista que alguna vez fue una carta fuerte de la oposición en el Caribe mexicano.
Su asistencia no pasó desapercibida. Campos, que antaño defendía los colores del PAN como una opción contraria al proyecto obradorista, hoy parece haber cedido terreno al calor del poder del Claudismo. ¿Acaso su presencia en el evento de Sheinbaum es un guiño para evitar futuras rendiciones de cuentas? Porque si algo nos ha enseñado la política en México, es que el pragmatismo –ese arte de sobrevivir– no distingue colores. En Quintana Roo, la oposición, al menos en este caso, parece haberse convertido en una simple comparsa de la 4T.
Por supuesto, la gobernadora Mara Lezama también estuvo ahí, cumpliendo con el protocolo de respaldo al proyecto federal. Sin embargo, lo interesante no fue su presencia, sino la foto que presumió con Sheinbaum. Una imagen que, más que cercanía, destila una necesidad de legitimidad en tiempos en los que su proyecto de sucesión en el estado tambalea. En política, una foto no es solo un recuerdo; es un mensaje. Y el de Lezama parece ser un intento por fortalecer su posición ante un tablero que se reconfigura con rapidez.
Al final, la pregunta queda abierta: ¿dónde está la oposición en Quintana Roo? Si quienes deberían cuestionar el poder prefieren rendir pleitesía, ¿quién queda para representar otras voces? Quizá la «verdadera» oposición surgirá del partido en el poder en Quintana Roo, que hoy, empieza a desquebrajarse…
