
Redacción / Quintana Roo Ahora
Ciudad de México.- Después de casi cinco años de intensa búsqueda, finalmente fueron localizados los restos de Jael Montserrat Uribe, quien desapareció en 2020 al acudir a una entrevista de trabajo en la Ciudad de México. «Fue un trabajo doloroso e inhumano», declaró Jacqueline Palmeros, madre de Jael, quien encabezó las brigadas en el Ajusco, alcaldía Tlalpan, en busca de su hija.
El hallazgo de los restos ocurrió a principios de este año, específicamente en el kilómetro 32+500 de la carretera Picacho-Ajusco. El día de ayer, Jacqueline Palmeros confirmó que los restos corresponden en un 99% a su hija. «Ya las periciales arrojaron finalmente que pertenecían en un 99% de coincidencia con mi hija. Es un trabajo doloroso, inhumano, porque ninguna madre o padre de familia debería de estar buscando a ninguno de nuestros hijos en estas condiciones», afirmó.
A pesar de este doloroso descubrimiento, la señora Palmeros aseguró que continuará luchando por justicia, ya que las dos personas detenidas como sospechosas de la desaparición de Montserrat Uribe fueron puestas en libertad. “Seguimos viviendo en un estado indolente y omiso que saca a las familias de nuestros hogares para hacer su trabajo y buscar a nuestros hijos”, expresó.
Jacqueline Palmeros agradeció a los colectivos y personas que se unieron a las brigadas para dar con el paradero de Jael, destacando la importancia de la labor de las familias. «Hoy una vez más le demostramos a la Fiscalía que las familias los encontramos, que solo las familias buscando con el amor y el derecho somos quienes traemos a nuestras hijas, nuestros hijos, esposas, hermanos a casa. No tengo palabras para todas las muestras de cariño que he recibido de parte de todos los colectivos», comentó emocionada.
El velorio de Montserrat Uribe, conocida como Monse, se llevará a cabo el próximo viernes.
Jael Montserrat Uribe Palmeros, de 21 años, era madre de dos niños. El 24 de julio de 2020, salió de su casa para acudir a una entrevista laboral con la esperanza de mejorar la calidad de vida de su familia. La última vez que fue vista con vida fue en la zona comprendida entre las alcaldías Iztacalco e Iztapalapa, en el Eje 5 y La Viga.
Tras su desaparición, su madre y hermanos comenzaron una larga y difícil búsqueda entre diversas instituciones de seguridad, con la esperanza de regresar a su hija a casa. A pesar de las promesas de las autoridades, lamentablemente no pudieron cumplir su objetivo.
«Para todas aquellas que no tenían miedo de no guardar silencio, todas aquellas que luchan por buscar a su familiar, que sean muy fuertes, cuídense mucho, sabemos que vivimos en un mundo donde dependemos de nosotros mismos, no tenemos confianza en las personas que dicen cuidar de nosotros», concluyó Jacqueline Palmeros.