enero 20, 2025

Redacción / Quintana Roo Ahora

CDMX.- El fenómeno meteorológico de La Niña ha vuelto a desarrollarse en el Pacífico ecuatorial, aunque en una versión débil que podría no prolongarse demasiado, según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA).

De acuerdo con las estimaciones del organismo, existe un 59 % de probabilidades de que La Niña persista durante los meses de febrero a abril, y un 60 % de que dé paso a condiciones neutrales entre marzo y mayo. Sin embargo, lo que llama la atención de los expertos es su inusual aparición justo cuando debería estar en su fase más intensa. «Está comenzando justo en el momento en que normalmente alcanzaría su punto máximo y empezaría a disminuir», explicó Emily Becker, investigadora de la Universidad de Miami, en entrevista con CNN.

¿Qué implica La Niña para el clima?

La Niña, como parte del fenómeno conocido como El Niño-Oscilación del Sur (ENSO), afecta de manera significativa las temperaturas globales. Mientras que El Niño trae consigo un calentamiento de las aguas del Pacífico, La Niña provoca un enfriamiento. Estos cambios en la temperatura de los océanos repercuten directamente en las condiciones climáticas terrestres.

En palabras de Meteored, “La Niña hace que las temperaturas extremas dominen los días cálidos, mientras los fríos se vuelven más esporádicos pero intensos, con posibilidades de heladas y nevadas severas”. Esto es especialmente relevante para México, donde las proyecciones indican que después del 20 de enero, la entrada de aire ártico podría generar lluvias, nevadas y fuertes vientos en el norte, noreste y parte del Altiplano, además del sureste del país.

Impacto en México: frío ártico y eventos extremos

Para febrero, Meteored prevé una serie de eventos de frío ártico, aunque predominantemente secos, que podrían causar heladas severas en varias regiones. No obstante, en algunas áreas del país, la humedad podría generar nevadas y formación de hielo, además de los característicos eventos «Norte», que podrían intensificarse en la costa del Golfo de México.

Esta alternancia entre masas polares y episodios de calor inusual crea una atmósfera impredecible, que exige precauciones tanto para las autoridades como para la población.

¿Por qué se llama La Niña?

El nombre de este fenómeno tiene un origen curioso. En las aguas del Pacífico frente a Perú, los pescadores notaron que, en ocasiones, cerca de la Navidad, la temperatura del mar aumentaba, afectando la pesca. Decidieron llamarlo «El Niño» en alusión al niño Jesús. Años después, el fenómeno contrario —cuando las aguas se enfrían más de lo normal— recibió el nombre de «La Niña».

Christian Domínguez Sarmiento, investigadora del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, explica que estas fluctuaciones en la temperatura de las aguas del Pacífico influyen directamente en las condiciones climáticas de México y buena parte del mundo.

Con La Niña nuevamente en escena, el desafío será adaptarse a las posibles heladas, las lluvias intensas y los vientos severos que podrían marcar el inicio del 2025. Más allá de las predicciones, el clima nos recuerda una vez más su complejidad y su capacidad de transformación.

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