
Chiquitas pero chonchas
La semana pasada, Mara tuvo dos victorias significativas. La participación de Quintana Roo en la FITUR (Feria Internacional de Turismo) es sumamente importante por diversas razones. La principal es que este evento representa el escaparate más relevante para promover el turismo europeo. En un contexto donde ha habido una sensible baja en el turismo que llega a nuestras costas, el “Caribe Mexicano”, como lo señala la marca, sigue liderado por Cancún —la joya de la corona— y Playa del Carmen, que ha registrado un crecimiento espectacular. A esto se suman destinos como Tulum, Cozumel, Isla Mujeres, Holbox, entre otros.
Desde cualquier perspectiva, la presencia de la gobernadora de Quintana Roo en este evento es fundamental, ya que ella tiene las facultades necesarias para ofrecer políticas públicas que fomenten las inversiones turísticas. No ocurre lo mismo con algunos presidentes o presidentas municipales que, además de asistir, llevaron un séquito personal. En cuanto a los legisladores, su asistencia generó escándalo, ya que en su mayoría no tenían justificación para estar presentes. Esto dio pie al término «turismo legislativo», aunque puede haber alguna excepción entre ellos.
El “oso del año” se lo llevó, sin competencia alguna, el diputado federal Humberto Aldana, quien presumió unos mocasines Louis Vuitton valorados en 26,600 pesos (según la página oficial de la marca), así como una fotografía en la casa del Real Madrid. Al también conocido como «Cantinflas Aldana» se le recuerda defendiendo fervientemente la austeridad republicana y repudiando los «excesos aspiracionistas» de los mexicanos «fifís». Sin embargo, sus acciones recientes contrastan con la vida de privilegios que ahora ostenta.
Toda esta fauna, que no tenía vela en el entierro, terminó exhibida y criticada en redes sociales, siendo acusada de revivir los excesos de las eras felixista y borgista, marcadas por abusos y lisonjas al poder. El magistral silencio de la gobernadora terminó por evidenciarlos aún más.
La segunda victoria de Mara Lezama se dio en el terreno político, específicamente dentro del morenismo estatal. Mara envió a Julio Durán a coordinar el proceso estatal de afiliación. Julio Durán, un priista distinguido, tiene una reputación controvertida —de quien se dicen muchas cosas, todas ciertas, según algunos—, pero también es reconocido como un eficiente operador en la reciente campaña electoral.
Esto generó reacciones inmediatas entre los morenistas fundadores, quienes comenzaron a organizarse para dar la pelea y recuperar algo de la esencia original del partido en un estado que parece más verde ecologista que morenista. Aunque lograron retirar a Julio Durán, su lucha se quedó allí. Al final, Mara impuso a Cristina Batún, quien es aún más leal al proyecto de la gobernadora que el propio Durán.
Si el objetivo de los morenistas hubiera sido imponer a su propio candidato, habrían ganado. Sin embargo, la decisión de la figura máxima del morenismo en el estado prevaleció.