septiembre 28, 2025

Redacción / Quintana Roo Ahora

ESTADOS UNIDOS.- El líder del Cártel de Sinaloa, Ismael «El Mayo» Zambada, está decidido a evitar la pena de muerte en Estados Unidos, pero no tiene intenciones de cooperar como informante en el caso que lo involucra con el narcotráfico. A pesar de las intensas presiones de la justicia estadounidense, que busca obtener información clave sobre los vínculos entre políticos y el crimen organizado, Zambada ha dejado claro a través de su abogado que no pondrá en riesgo a su familia ni sus negocios en México.

El abogado de «El Mayo» señaló que, aunque su cliente se enfrenta a graves cargos que podrían llevarlo a la pena capital, ha tomado la decisión firme de no delatar a políticos ni a otros miembros del Cártel de Sinaloa. Esta negativa subraya el profundo lazo de lealtad que mantiene con su organización y su temor de que cualquier revelación podría desatar represalias violentas tanto para él como para los suyos en territorio mexicano.

La próxima audiencia de Zambada está programada para el 22 de abril, donde se espera que el narcotraficante se declare culpable para así negociar una condena menos severa. De esta manera, buscaría evitar la pena de muerte, aunque aún no se sabe si alcanzará un acuerdo con la fiscalía o si enfrentará un juicio completo.

En cuanto a su estado de salud, la defensa del líder criminal ha aclarado que, aunque Zambada padece de diabetes, su condición no es terminal. Sin embargo, se encuentra en aislamiento, lo que limita sus interacciones con el resto de los reclusos, mientras sigue recibiendo tratamiento médico para su enfermedad crónica.

Este caso sigue siendo uno de los más observados en el ámbito internacional, no solo por los posibles nombres que Zambada podría revelar, sino también por el impacto que tendría en la relación entre los gobiernos de México y Estados Unidos, especialmente en la lucha contra el narcotráfico y la corrupción dentro de las esferas políticas.

La noticia de su negativa a colaborar refuerza la imagen de un líder que, a pesar de estar bajo el peso de la ley, sigue protegiendo a su gente y sus secretos. No cabe duda de que este juicio marcará un antes y un después en la historia del Cártel de Sinaloa, y tal vez en el futuro de las relaciones entre los dos países más involucrados en la guerra contra las drogas.

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