septiembre 27, 2025

El gobierno que reprime en lugar de proteger: ¿Dónde quedó el ‘gobierno del pueblo’?

Mérida, Yucatán.- Lo que debía ser una marcha pacífica, un grito colectivo por la justicia y la igualdad en el marco del 8M en Mérida, se convirtió en un escenario de represión, violencia y abuso de poder. ¿Es este el «gobierno del pueblo» que tanto pregona Morena? ¿Es esta la forma en que Joaquín Díaz Mena y su administración entienden el derecho a la libre manifestación? Parece que no. Parece que, cuando se trata de mujeres alzando la voz, el discurso se desmorona y la máscara cae, dejando al descubierto un gobierno que reprime en lugar de proteger.

Las mujeres que salieron a las calles este 8 de marzo no pedían privilegios, no exigían favores especiales. Solo pedían lo que por derecho les corresponde: igualdad, justicia y el fin de la violencia machista. Pero, ¿cuál fue la respuesta del gobierno estatal? Vallas metálicas, granaderos, chorros de agua a presión, gas lacrimógeno y un despliegue policial desmedido. ¿Es esta la forma en que se cuida a las mujeres? ¿Es esta la manera en que se garantiza su derecho a manifestarse?

Las imágenes capturadas por Diana V. Heredia son un testimonio crudo de la brutalidad con la que actuaron las autoridades. Mujeres golpeadas por chorros de agua, mujeres afectadas por el gas lacrimógeno, mujeres que solo buscaban hacer oír su voz, fueron tratadas como enemigas, como si representaran una amenaza para el orden público. ¿Qué orden público es ese que se construye sobre la represión y el silenciamiento de las mujeres? ¿Qué clase de gobierno necesita blindar las calles para evitar que las mujeres marchen?

El silencio del gobierno es ensordecedor. No hay explicaciones, no hay disculpas, no hay reconocimiento de la violencia ejercida. Solo hay un vacío que grita complicidad. ¿Dónde están los representantes que juraron servir al pueblo? ¿Dónde están los que prometieron ser diferentes, los que se autoproclamaron defensores de los derechos humanos? Parece que, cuando se trata de mujeres, esos derechos son letra muerta.

La indignación es total. No solo por la represión, sino por la hipocresía de un gobierno que se llena la boca con discursos progresistas, pero que actúa con la misma brutalidad de los gobiernos que decían criticar. ¿Qué diferencia hay entre un gobierno que reprime y otro que dice ser del pueblo pero actúa igual? Ninguna. La violencia es la misma, el mensaje es el mismo: las mujeres no tienen derecho a alzar la voz.

Pero se equivocan. Las mujeres no se callarán. No se detendrán. La represión solo aviva la llama de la lucha, y cada golpe, cada valla, cada chorro de agua, solo refuerza la convicción de que la justicia no se mendiga, se exige. El gobierno de Yucatán puede intentar silenciarlas, pero no lo logrará. Porque las mujeres no están solas, y su voz, aunque reprimida, seguirá resonando hasta que la igualdad y la justicia sean una realidad.

¿Y el gobierno? Que sepa que su violencia no será olvidada. Que sepa que su silencio no será perdonado. Porque las mujeres merecen un gobierno que las cuide, no que las reprima. Y hasta que eso no suceda, seguirán en las calles, exigiendo lo que por derecho les corresponde.

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