octubre 31, 2025

Redacción / Quintana Roo Ahora

ESTADOS UNIDOS.- En un tono que mezcla impaciencia con advertencia, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró que su gobierno podría retirarse de los esfuerzos de mediación en la guerra entre Rusia y Ucrania si no observa avances sustanciales en las negociaciones. “Muy pronto vamos a pasar de largo”, dijo ante periodistas en el Despacho Oval, dejando claro que la paciencia de Washington tiene fecha de caducidad, aunque no especificó un plazo.

La declaración se dio en un contexto delicado: mientras Ucrania y Rusia acusan mutuamente al otro de obstaculizar el diálogo, la Casa Blanca parece calibrar su rol de mediador con creciente escepticismo. “Queremos que esto se haga rápidamente”, insistió Trump, quien antes de asumir la presidencia en enero había asegurado —en un tono que luego calificó de sarcástico— que podía terminar la guerra en 24 horas.

El jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, respaldó la posición de su presidente al afirmar que Estados Unidos “dará un paso al costado si la paz no resulta factible”. Rubio se encuentra de gira diplomática por Europa junto con el enviado especial para Oriente Medio, Steve Witkoff, en un intento por revitalizar las conversaciones multilaterales. Ambos sostuvieron reuniones en París con representantes de Francia, Reino Unido, Alemania y Ucrania.

Aunque Trump se negó a culpar directamente al presidente ruso, Vladimir Putin, o a su homólogo ucraniano, Volodimir Zelensky, dejó entrever que la falta de voluntad de alguna de las partes podría tener consecuencias. “Si por alguna razón una de las dos partes lo pone muy difícil, sencillamente vamos a decir: ‘Son tontos. Son unos tontos. Son personas horribles’, y vamos a pasar de largo”, lanzó el mandatario, en su característico estilo directo y provocador.

A pesar del lenguaje duro, Trump aseguró que aún cree en una “buena posibilidad” de alcanzar la paz. “Ahora mismo está llegando a un punto crítico”, dijo, y afirmó ver “entusiasmo” por parte de ambos gobiernos para llegar a un acuerdo. No obstante, expertos en política internacional señalan que este tipo de declaraciones, lejos de empujar a las partes a ceder, podrían elevar las tensiones o minar la credibilidad del papel estadounidense como mediador.

Las declaraciones también llegan en medio de una creciente presión doméstica sobre la política exterior de Trump. El mismo viernes, su gobierno desclasificó miles de documentos relacionados con el asesinato de Robert F. Kennedy, en un intento por mostrar transparencia. Además, en el aniversario de la represión en Nicaragua, Washington impuso sanciones a más de 250 funcionarios del régimen de Daniel Ortega, subrayando el endurecimiento de la agenda exterior estadounidense.

Si bien Trump negó estar siendo manipulado por Putin —quien negó hasta el último momento la invasión de Ucrania en 2022—, insistió en que su intención es ayudar. “Nadie está jugando conmigo”, dijo. Pero en los pasillos de la diplomacia internacional, algunos se preguntan si esta advertencia de “dar un paso al costado” representa una estrategia de presión… o una retirada anticipada.

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