
TULUM, Quintana Roo, 2 de mayo.— Mientras ciudadanos del sur de Quintana Roo claman por una oficina real de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), el “super delegado” en la entidad, Israel Francisco Malacón Osuna intenta multar hasta con 140 mil pesos a restaurantes que no exhiban el gramaje y volumen de los alimentos en su menú, como si no fuera suficiente la crisis que la iniciativa privada enfrenta ante el llamado “cobro de piso”, y los impuestos, federales, estatales y municipales con los deben cumplir.
Y es que el “super delegado”, Malacón Osuna ya tiene famita en el norte de Quintana Roo de desplegar inspecciones “preventivas” a prestadores de servicios turísticos, restaurantes, centros de hospedaje, donde para evitar el cierre de los establecimientos, los empresarios y comerciantes tienen que entrarle con un apoyito a la noble “causa”.



Los prósperos operativos que implementa inspeccionan hasta el gramaje y volumen de los menús, son tan efectivos, que mantienen a Malacón ocupado y concentrado en los destinos turísticos del norte de la entidad, donde los ingresos se traducen en dólares.
Al punto en que desde su llegada a Quintana Roo, ha hecho oídos sordos y ojos ciegos a las necesidades del sur del estado, para abrir una oficina de representación realmente funcional, bien señalizada, y no solo un minúsculo modulo de atención ciudadana, que no tiene rotulo para ubicarlo.
Más 400 mil ciudadanos del sur del estado, siguen indefensos ante los abusos de malos comerciantes, con tan limitada operatividad de un modulito de atención que abre tarde y cierra temprano.
Aunque con tales operativos en el norte, mejor nada, quizás en la capital más vale solos que mal acompañados, para que pasar de “Guatemala a Guatepeor”.