julio 14, 2025

Paso En Falso

En la política quintanarroense ya no sorprende que el poder se herede como si fuera una hacienda familiar. Lo que sí preocupa es cómo se organiza, se maquilla y se distribuye el discurso con precisión quirúrgica para colocar en el mapa electoral a nuevos rostros que, aunque digan lo contrario, siguen repitiendo viejas fórmulas. En los pasillos de algunos medios locales corre la consigna: apoyar mediáticamente a Diana Sosa en Cozumel, Fernando Muñoz en Playa del Carmen y Verónica Lezama en Cancún. La estrategia es clara: ensalzar sus supuestos logros con boletines disfrazados de notas, como si los medios fueran departamentos de propaganda y no plataformas para cuestionar el poder.

Diana Sosa, esposa del actual presidente municipal de Cozumel, ya comenzó a mover sus fichas como presidenta honoraria del DIF. ¿Coincidencia? Imposible. Los boletines llegan con puntualidad a redacciones que sobreviven en un ecosistema mediático cada vez más precario, donde los convenios publicitarios pesan más que la ética periodística. En Playa, el “cachorro” verde Fernando Muñoz avanza como ficha de ajedrez empujada por Renán Sánchez Tajonar, otro operador del oficialismo que entiende perfectamente cómo se compra cobertura y se gana narrativa. Nada nuevo bajo el sol, pero sí cada vez más burdo.

Y en Cancún, la cereza en el pastel: Verónica Lezama, quien cada semana aparece en notas destacadas como si fuera ya autoridad. La hermana de la gobernadora no necesita presentación, ni tampoco mucha creatividad para su campaña anticipada. Todo indica que irá con todo por Benito Juárez, arropada por la maquinaria de la 4T y el Partido Verde, aceitada con recursos, tiempo aire y complacencia mediática. En su caso, la línea entre la función pública y la promoción personal ya no es delgada: es inexistente.

En resumen, lo que estamos viendo no es otra cosa que el reciclaje del poder con nuevos rostros pero las mismas manos detrás. La simulación es descarada, el control mediático evidente y la apuesta es clara: instalar desde ahora candidaturas bajo la fachada de trabajo institucional. La democracia se devalúa cuando las campañas comienzan antes de tiempo y los medios dejan de cuestionar para aplaudir. Y en Quintana Roo, ese guión ya lo conocemos de memoria.

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