
Paso En Falso
En Quintana Roo ya no sorprende que la política se maneje más con el álbum familiar que con proyectos ciudadanos. Lo que sí indigna es la desfachatez con la que se orquesta una campaña, disfrazada de informe, para posicionar a Verónica Lezama rumbo a la presidencia municipal de Cancún. Basta asomarse a las redes sociales para ver cómo, casualmente, justo en la antesala de su primer informe como presidenta del DIF estatal, han comenzado a aparecer anuncios pagados en Facebook e Instagram exaltando su “gran labor”. Pero lo más alarmante no es el gasto —que ya es escandaloso por sí solo— sino que detrás de esta estrategia está, supuestamente, su hermana, la gobernadora Mara Lezama, utilizando todos los recursos a su alcance para promoverla.
En los pasillos del poder se rumora con media sonrisa lo que ya sería un secreto a voces: la nueva consigna para medios de comunicación en el estado es clara y viene desde Palacio: difundir todos los boletines donde salga Verónica, pero no sola, siempre junto a Mara. Porque aquí no se trata sólo de posicionar a la posible candidata, sino de asegurar que ninguna luz opaque a la actual inquilina de Chetumal. Y si de paso se asegura la continuidad del clan en Cancún, mejor. Esto no es política, es nepotismo en HD, con edición fina y narrativa de telenovela institucional.
La institucionalidad se hace pedazos cuando las estructuras de gobierno se usan para promocionar a familiares, presuntamente con recursos públicos, o no, eso es lo de menos. Lo que duele es la falta de respeto al electorado, a la democracia y a quienes de verdad hacen trabajo de campo sin padrinos ni apellidos de peso. Porque mientras se inundan los medios con las fotos de ambas hermanas, otras funcionarias y ciudadanos siguen esperando una oportunidad para demostrar que hay más talento en Quintana Roo que el que cabe en un árbol genealógico.
Este tipo de simulacros de promoción política disfrazados de informes no deberían tener cabida en una entidad que presume ser progresista. Cancún merece una contienda con propuestas, no con herencias; con debate, no con imposiciones. Si Verónica Lezama quiere ser presidenta municipal, que haga campaña como cualquier otra aspirante. Pero mientras siga colgándose del saco de su hermana, todo esto seguirá oliendo más a dinastía que a democracia. Y eso es inaceptable.