julio 14, 2025

Redacción / Quintana Roo Ahora

Cancún, Q. Roo. — Indignación, rabia y dolor: eso es lo que ha provocado el envenenamiento masivo de gatos callejeros en Cancún, donde más de 70 felinos han muerto envenenados en las últimas semanas, y ocho en un solo día, sin que hasta el momento haya un solo responsable detenido. ¿Hasta cuándo el silencio y la impunidad?

Lo que está ocurriendo en distintas colonias de Benito Juárez no es una coincidencia: es un crimen sistemático y brutal contra animales indefensos, y la sociedad civil ya no está dispuesta a callar. La Fiscalía General del Estado ha tenido que intervenir y abrir una carpeta de investigación, porque esto no es una travesura ni un problema menor: es un delito penal.

Yamili Góngora Manrique, directora de Protección y Bienestar Animal del municipio, confirmó que los reportes provienen de diversas zonas, lo que confirma que no se trata de un caso aislado. “El maltrato animal es un tema penal”, recordó la funcionaria. Pero mientras las palabras se acumulan, los cuerpos de gatos siguen apareciendo en calles, banquetas y patios, víctimas de veneno lanzado con absoluta crueldad.

La situación es tan grave que la autoridad municipal ha comenzado a colocar trampas en zonas críticas para capturar, esterilizar y dar atención a los gatos ferales, cuya población se estima alrededor de 80 mil solo en Cancún. Pero eso no detendrá a quien está matando por placer, si no se actúa con firmeza, si no se castiga con todo el peso de la ley a quien lo está haciendo.

El mayor obstáculo para avanzar en la investigación, según Góngora, es la falta de denuncias con nombres. “Necesitamos que la gente hable, que nos digan quién lo está haciendo”, pidió. Pero eso no exonera a las autoridades de actuar con mayor contundencia y presencia en las colonias afectadas.

Mientras tanto, asociaciones animalistas no solo exigen justicia, sino también responsabilidad ciudadana: esterilizar mascotas, no abandonarlas, y alzar la voz cuando se vea un acto de crueldad.

Este no es un simple caso de control animal. Es una tragedia provocada por humanos, que refleja el desprecio por la vida de los seres más vulnerables. Y si como sociedad permitimos que siga ocurriendo sin justicia, sin consecuencias y sin castigo, somos cómplices del horror.

La pregunta es una sola: ¿qué más tiene que pasar para que se actúe de verdad?

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