octubre 27, 2025

Redacción / Quintana Roo Ahora

Cancún, Q. Roo.— Un nuevo episodio de violencia sacudió la madrugada de este lunes la tranquilidad de la Región 236, luego de que un grupo armado disparara en repetidas ocasiones contra la fachada del bar “Noa Noa”, ubicado sobre la avenida Rancho Viejo, provocando temor entre los vecinos, quienes se resguardaron en sus hogares y alertaron a las autoridades.

De acuerdo con testimonios, el establecimiento se encontraba en funcionamiento al momento del ataque. Los presentes, al escuchar los disparos, se refugiaron al interior del local y cerraron las puertas, evitando que se registraran personas lesionadas.

Minutos después, elementos de distintas corporaciones policiacas desplegaron un operativo en la zona para asegurar el perímetro y descartar la presencia de individuos armados. La movilización generó tensión entre los residentes, quienes han señalado reiteradamente que el bar representa un foco de inseguridad.

“Ese lugar no es un centro recreativo, es un table disfrazado de bar. Cada fin de semana hay pleitos, sacan a la gente a golpes. Ahora disparan y seguimos en riesgo los que no tenemos nada que ver”, expresó uno de los habitantes del área.

Tras aproximadamente 40 minutos, los uniformados realizaron el levantamiento de varios casquillos percutidos encontrados frente al establecimiento, marcándolos y fotografiándolos antes de retirarlos. Sin embargo, se reportó que personal de la Fiscalía General del Estado ni de Servicios Periciales acudieron al lugar, lo que generó inconformidad entre los vecinos.

Incluso, algunos habitantes denunciaron que no todos los casquillos fueron recolectados por los agentes, y que algunos curiosos aprovecharon para tomar uno como “recuerdo” del ataque.

Horas antes del atentado, un comando armado habría sido avistado intentando ingresar al bar “El Ejecutivo”, en la Supermanzana 65, aunque al llegar la policía ya no se encontraban en el sitio.

Vecinos exigen que las autoridades clausuren definitivamente el bar “Noa Noa”, al que señalan como un centro de conflictos y riesgo constante para la comunidad, donde una bala perdida podría tener consecuencias fatales para inocentes.

Hasta el momento, ninguna autoridad estatal o municipal ha emitido un posicionamiento oficial sobre el ataque ni sobre la situación legal del establecimiento.

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