Redacción / Quintana Roo Ahora
Chetumal.- Pues resulta que en Chetumal ya no hace falta temerle tanto a los grupos delictivos… porque, según varios comerciantes, los abusos, robos y amenazas vinieron directo de quienes se suponen encargados de impartir justicia.
Durante la madrugada del sábado, bares y negocios fueron cateados con la fuerza de un operativo hollywoodense: encapuchados, armados y con todo el poder institucional, que al final se tradujo en destrucción de mobiliario, cámaras desactivadas, clientes atemorizados y —lo peor— personal privado de la libertad.
Una propietaria incluso difundió videos donde se observa a los presuntos agentes de la Policía de Investigación merodeando en su negocio como si fueran clientes VIP de la delincuencia, hasta que apagaron las cámaras para trabajar con “privacidad”.
Pero la trama no acaba ahí: algunos encargados de locales aseguran que fueron llevados a la Vicefiscalía Sur, obligados a firmar documentos sin leerlos y trasladados después fuera de la ciudad, bajo amenazas con armas en la cabeza. Una especie de “tour exprés de terror” cortesía de quienes deberían garantizar la ley.
Los comerciantes, hartos y con justa razón, ya exigen un alto a estos abusos que, dicen, se están volviendo recurrentes. Y no descartan movilizaciones si no hay reparación de daños ni respuesta inmediata de la Fiscalía.
Porque al final, la pregunta que queda flotando en el aire es incómoda: ¿qué diferencia hay entre un operativo del crimen organizado y uno de estos cateos “institucionales”? A juzgar por los testimonios, la única diferencia es que unos portan pasamontañas… y los otros, también.
