octubre 27, 2025

Redacción / Quintana Roo Ahora

CDMX.— El Gobierno de México marcó este domingo un límite claro en su relación con Estados Unidos: no permitirá la entrada de tropas estadounidenses a su territorio, ni siquiera para combatir a los cárteles de la droga. La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) difundió un comunicado en el que rechaza cualquier intervención militar extranjera, tras revelarse que el presidente estadounidense, Donald Trump, firmó en secreto una orden que autoriza a sus Fuerzas Armadas a operar en otros países contra organizaciones criminales.

“México no aceptaría la participación de fuerzas militares estadounidenses en nuestro territorio”, señaló la Cancillería de forma categórica.

El embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson, defendió la postura de Trump, sin mencionarlo directamente, al afirmar que “estas organizaciones no solo son narcotraficantes. Son terroristas que destruyen vidas, corrompen instituciones y mantienen como rehenes del miedo a comunidades enteras”.

La administración Trump ha intensificado desde enero su estrategia contra el narcotráfico, clasificando a los cárteles como grupos terroristas, incrementando el congelamiento de bienes a través del Departamento del Tesoro y retirando visas a presuntos vinculados con estas redes criminales. Aunque México había observado con cautela estas acciones, no había expresado un rechazo frontal hasta ahora.

La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que Washington ha ofrecido en varias ocasiones el envío de tropas para enfrentar a los cárteles, propuesta que ha sido rechazada sistemáticamente. “Cada quien debe trabajar en su país para atender las causas que provocan las adicciones y la violencia derivada del tráfico ilegal de drogas y armas”, respondió la SRE.

Ambos gobiernos negocian desde hace meses un acuerdo de seguridad cuyo contenido no se ha hecho público, pero que, según la Cancillería, estará basado en “principios de colaboración y respeto a la soberanía”. Sheinbaum ha buscado mantener un equilibrio entre la presión de Trump y la política exterior mexicana, negociando medidas de seguridad fronteriza a cambio de evitar sanciones económicas como los aranceles.

La última vez que tropas estadounidenses pisaron territorio mexicano fue en 1848, al final de la guerra entre ambos países, conflicto que costó a México la pérdida de más de la mitad de su territorio. En el siglo XXI, la cooperación en seguridad se ha limitado a entrenamiento militar y labores conjuntas de inteligencia.

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