Redacción / Quintana Roo Ahora
Quintana Roo.- Durante años, la narrativa oficial sostuvo que los métodos de reclutamiento más violentos del crimen organizado eran exclusivos del norte del país. Sin embargo, las recientes revelaciones de la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo muestran un panorama alarmante: una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) operaba en Playa del Carmen con prácticas de adiestramiento que incluían asesinatos y actos de canibalismo.
El hallazgo de una red criminal en expansión
El titular de la Fiscalía, Raciel López Salazar, informó en su conferencia que el desmantelamiento se dio tras la detención de ocho personas por posesión de armas de uso exclusivo del Ejército. Entre los capturados se encontraba Sara Jazmín, alias “La Miche”, señalada como pieza clave del reclutamiento y administradora de recursos para la compra de armamento y logística.
De acuerdo con la investigación, “La Miche” viajaba desde Jalisco, Guerrero y Michoacán para captar aspirantes con experiencia en seguridad privada. Para ello utilizaba anuncios en redes sociales e incluso videojuegos como plataformas de contacto. Tras convencerlos, pagaba vuelos a Cancún y los alojaba en casas de seguridad. Por cada recluta ingresado, recibía un bono aproximado de mil pesos.
De falsas ofertas de trabajo a campos de adiestramiento
El caso de Julio César “N.” refleja la mecánica de esta red. Según la Fiscalía, fue reclutado en Puerto Vallarta en 2023 mediante una falsa oferta de empleo. Una vez enganchado, fue enviado a la sierra de Jalisco, donde comenzó un entrenamiento que pronto reveló su verdadera naturaleza.
Otro detenido, identificado como Jorge, confesó que los aspirantes eran sometidos a pruebas de sobrevivencia extremas. Quienes no lograban superarlas eran ejecutados y, en un escenario brutal, sus cuerpos eran cocinados y consumidos por el resto del grupo. Los sobrevivientes de estas pruebas eran enviados posteriormente a Quintana Roo, donde se integraban a nuevas células en formación.
Un método de terror para consolidar territorio
Estas prácticas no tenían como único fin entrenar a los nuevos integrantes, sino también fortalecer la cohesión interna del grupo criminal y asegurar su control en disputas territoriales. Con este esquema, el CJNG buscaba consolidar su presencia en Playa del Carmen, una plaza estratégica por su actividad turística y flujo económico.
El hallazgo expone una realidad inquietante: el reclutamiento criminal en Quintana Roo ya no es un riesgo latente, sino un hecho comprobado. Las autoridades han advertido que la investigación continúa, mientras peritos y fuerzas de seguridad refuerzan operativos en la zona para contener el avance de este modelo de violencia organizada.
