Redacción / Quintana Roo Ahora
ESTADOS UNIDOS.- La Casa Blanca, bajo la presidencia de Donald Trump, ha dado un paso que amenaza con reconfigurar el tablero político y diplomático de América Latina: una orden al Ejército estadounidense para actuar contra cárteles y grupos criminales fuera de sus fronteras. Aunque aún no se conocen detalles operativos, la medida ya provoca reacciones encendidas en México y Venezuela, y despierta inquietud en toda la región.
Trump, escueto pero desafiante, declaró este viernes que su Gobierno está “jugando con mano dura” y que pronto dará más información. La revelación, adelantada por The New York Times, ha obligado a respuestas inmediatas. En México, la presidenta Claudia Sheinbaum negó tajantemente la posibilidad de una intervención militar estadounidense: “No va a haber invasión”, insistió en su conferencia matutina. Desde su llegada al poder, Sheinbaum ha reiterado esta postura frente a la creciente presión de Washington, que en febrero designó como organizaciones terroristas internacionales a seis cárteles mexicanos y dos pandillas internacionales, entre ellas el Tren de Aragua y la Mara Salvatrucha.
El plan de Trump parece responder a un viejo anhelo del ala más dura del Partido Republicano, que desde hace años promueve operaciones militares directas contra narcotraficantes, acusados de inundar las calles estadounidenses con fentanilo y provocar más de 70 mil muertes anuales. La idea, incluso, fue bandera de campaña de figuras como Ron DeSantis, quien propuso el uso de drones en territorio mexicano.
En Venezuela, el golpe político es doble. Trump elevó a 50 millones de dólares la recompensa por la captura de Nicolás Maduro, a quien acusa de colaborar con el Tren de Aragua y el Cártel de los Soles, este último conformado, según Washington, por altos mandos militares y funcionarios que facilitan el tráfico de drogas. El chavismo rechaza de forma categórica estos señalamientos, calificándolos de “actos de injerencia” y advirtiendo que está “en alerta permanente” para impedir cualquier agresión.
En México, Sheinbaum se esfuerza en mostrar avances en materia de seguridad, destacando la reducción de homicidios y la incautación de drogas. A inicios de 2025, su Gobierno extraditó a 29 capos de alto perfil a Estados Unidos, buscando calmar las críticas republicanas.
La estrategia de Trump se despliega en un momento político delicado para su administración, marcada por tensiones internas, señales de enfriamiento económico y presiones derivadas de otros escándalos. Sin embargo, para sus aliados más duros, esta ofensiva militar extraterritorial es una muestra de fuerza que podría redefinir las relaciones entre Estados Unidos y sus vecinos del sur.
Mientras tanto, la región observa con cautela. Entre quienes ven la medida como una amenaza directa a la soberanía y quienes la interpretan como un acto de cooperación contra el crimen trasnacional, la orden de Trump abre un nuevo frente de tensión diplomática que podría tener consecuencias de largo alcance.
