
Redacción / Quintana Roo Ahora
Tulum, Quintana Roo.— Un brote del virus Coxsackie, responsable de la enfermedad conocida como manos, pies y boca, obligó al cierre temporal de un jardín de niños en Tulum y al aislamiento de 36 infantes para frenar nuevos contagios, informó el secretario de Salud estatal, Flavio Carlos Rosado.
La escuela permanecerá cerrada durante siete días, periodo en el cual se ejecutará una limpieza exhaustiva y desinfección completa de todas las áreas. Rosado aclaró que no se trata de varicela, sino de un enterovirus que afecta principalmente a menores de cinco años, provocando fiebre, dolor de garganta, llagas en la boca y erupciones o ampollas en manos y pies.
Los padres y docentes confundieron inicialmente los síntomas con otras afecciones, lo que retrasó la detección. Una vez identificados los primeros casos, la Secretaría de Salud, en coordinación con la Secretaría de Educación y la Dirección de Salud Municipal de Tulum, implementó los protocolos epidemiológicos establecidos.
Los 36 niños contagiados se encuentran en aislamiento y bajo constante monitoreo; hasta ahora reportan un estado de salud estable. Pasado el periodo de siete días, se evaluará la posibilidad de ampliar la suspensión por otros siete días y de instalar un filtro sanitario en el acceso al plantel para detectar a tiempo nuevos casos.
El Coxsackie se transmite por contacto con secreciones respiratorias, saliva, heces o superficies contaminadas. Aunque suele ser leve y autolimitado, su alta contagiosidad exige medidas estrictas de higiene, ventilación y aislamiento en comunidades escolares y guarderías para evitar brotes similares.
Virus Coxsackie: todo lo que debes saber
El virus Coxsackie es un enterovirus de la familia Picornaviridae, dividido en dos grupos principales: el A, vinculado a la enfermedad de manos, pies y boca y herpangina, y el B, que puede provocar afecciones más graves como miocarditis y pleurodinia.
Su transmisión ocurre principalmente por vía fecal-oral, aunque también se propaga a través de gotitas respiratorias y el contacto con superficies contaminadas. El patógeno puede sobrevivir varias horas en el entorno, lo que facilita brotes en guarderías y escuelas.
Los síntomas varían según el serotipo y la edad del paciente. En la enfermedad de manos, pies y boca se presenta fiebre, llagas dolorosas en la boca y erupciones o ampollas en manos y pies. En infecciones más severas pueden aparecer dolor torácico, dificultad para respirar y dolores musculares.
El diagnóstico se basa en la evaluación clínica y puede confirmarse mediante pruebas de laboratorio como PCR o cultivo viral en muestras de garganta, heces o lesiones cutáneas. No se utiliza de rutina la serología.
No existe un tratamiento antiviral específico contra Coxsackie. El manejo es sintomático: control de la temperatura con antipiréticos, alivio del dolor con analgésicos, higiene bucal, adecuada hidratación y aislamiento de los enfermos hasta la recuperación.
Para prevenir nuevos contagios es fundamental reforzar las medidas de higiene: lavado frecuente de manos con agua y jabón, limpieza y desinfección de superficies, ventilación de espacios cerrados y evitar el contacto cercano con personas infectadas.