Redacción / Quintana Roo Ahora
Rafael Marín, director de la Agencia Nacional de Aduanas, ha decidido dar un paso firme y visible hacia la escena política de Quintana Roo. Lo que antes se manejaba con discreción y un perfil bajo ahora se convierte en una estrategia clara para acercarse a la sucesión dentro de Morena.
Con la colocación de espectaculares que destacan sus logros al frente de la agencia aduanal, Marín demuestra que conoce la importancia de comunicar resultados y de mostrar a la ciudadanía su experiencia y capacidad de gestión. No se trata solo de autopromoción, sino de proyectar liderazgo y cercanía con la sociedad, cualidades necesarias para asumir responsabilidades mayores.
Además, su historial como exdirector del Plan Nacional de Desarrollo del Istmo de Tehuantepec evidencia un perfil sólido y preparado para enfrentar retos complejos. Marín no solo espera señales externas, sino que ha decidido “jugar rudo”, desplegando iniciativas que lo posicionan estratégicamente, siempre con la vista en un objetivo claro: consolidar una opción competitiva dentro de Morena.
Lo más interesante es que su participación activa transforma un proceso que parecía de un solo candidato en una contienda real, dinámica y competitiva. Esto no solo abre la puerta a la democracia interna, sino que también fortalece la percepción de transparencia y pluralidad dentro del partido.
Rafael Marín demuestra que un liderazgo sólido se construye con resultados, presencia y estrategia; y que dar un paso al frente no es solo ambición, sino compromiso con la gestión efectiva y con la ciudadanía. Quintana Roo seguramente observa con atención a este “padre fundador” de Morena que ahora apuesta por liderar con visión y acción.
