Redacción / Quintana Roo Ahora
Estados Unidos.- Una organización dedicada a la preservación del patrimonio histórico presentó una demanda contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para detener la construcción de un gran salón de baile en la Casa Blanca, al considerar que el proyecto viola diversas disposiciones legales y ambientales.
La demanda fue interpuesta por el National Trust for Historic Preservation ante un tribunal federal en Washington. En el documento, la organización argumenta que la Administración de Trump inició las obras sin someterse a las revisiones legales correspondientes y sin contar con la autorización del Congreso, un requisito indispensable tratándose de modificaciones en un inmueble de alto valor histórico.
Los conservacionistas solicitan al tribunal que ordene la suspensión inmediata del proyecto hasta que se lleven a cabo los procesos de evaluación necesarios y se obtenga la aprobación de los legisladores. Aseguran que la premura con la que se ha impulsado la obra ha derivado en múltiples violaciones a la Ley de Procedimientos Administrativos y a la Ley Nacional de Política Ambiental.
De acuerdo con el National Trust, la organización ya había pedido al mandatario, desde octubre pasado, que no avanzara con la construcción del salón de baile. Sin embargo, pese a las objeciones formales, Trump habría ordenado acelerar los trabajos, lo que detonó la acción legal.
La semana pasada, el presidente republicano contrató a un nuevo arquitecto para encabezar el proyecto, luego de desacuerdos con el constructor anterior en torno al tamaño y alcance de la obra. El salón de baile está planeado con una extensión de 8 mil 500 metros cuadrados, capacidad para mil invitados y un costo estimado de 300 millones de dólares, convirtiéndose en el proyecto emblemático de Trump para la remodelación de la sede presidencial.
El mandatario, antiguo magnate inmobiliario, ha defendido la necesidad del salón al considerar que permitirá realizar eventos de gran escala dentro de la Casa Blanca, sin recurrir a carpas temporales en los jardines, como se ha hecho tradicionalmente.
Aunque inicialmente se afirmó que el proyecto no afectaría la estructura histórica del recinto, en octubre fue demolida por completo la Ala Este, un espacio emblemático que funcionaba como oficina de las primeras damas, hecho que ha intensificado la preocupación de los defensores del patrimonio histórico.


