Redacción / Quintana Roo Ahora
Ciudad de México.– La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo envió al Senado el proyecto de decreto para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales. Aunque la propuesta representa un cambio histórico para el país, no incorpora dos días de descanso obligatorio —como demandaban organizaciones laborales— y, por el contrario, amplía el límite de horas extra permitidas.
El documento parte de la premisa de que la jornada mexicana actual “ya no responde de manera eficiente a los estándares internacionales de bienestar laboral ni a las necesidades reales de las familias trabajadoras”. No obstante, colectivos como Yo Por Las 40 Horas cuestionaron duramente la iniciativa, al advertir que plantea ajustes que pueden traducirse en pérdida de derechos.
De acuerdo con el texto, la reforma modificaría la fracción IV del Artículo 123 constitucional para fijar un tope de 40 horas semanales, un cambio que se implementaría de forma escalonada hasta 2030. Aun con esta reducción, la propuesta mantiene intacta la proporción de descanso: un día libre por cada seis laborales.
“Por cada seis días de trabajo, las personas trabajadoras deberán disfrutar por lo menos de un día de descanso con goce de salario íntegro”, señala el proyecto, dejando fuera la exigencia ciudadana por dos días obligatorios.
Uno de los puntos más polémicos es el aumento de las horas extra legales, que pasarían de 9 a 12 horas por semana. Estas podrán distribuirse en hasta cuatro horas diarias durante un máximo de cuatro días. El pago seguirá siendo al doble dentro del límite permitido, mientras que el tiempo extraordinario que rebase ese tope deberá compensarse al triple. Sin embargo, al elevar el umbral legal, organizaciones advierten que el pago triple será cada vez más remoto.
La entrada en vigor se programaría con un esquema gradual:
- 2026: 48 horas
- 2027: 46 horas
- 2028: 44 horas
- 2029: 42 horas
- 2030: 40 horas
El decreto garantiza que la reducción no afectará los ingresos de las personas trabajadoras. “En ningún caso la disminución de la jornada implicará reducción de sueldos, salarios o prestaciones”, afirma el Artículo Cuarto Transitorio.
Mientras tanto, el debate sigue abierto entre quienes celebran el paso hacia una jornada más humana y quienes alertan que el proyecto podría diluir el avance esperado en materia de derechos laborales.
