
Redacción / Quintana Roo Ahora
México.- El presidente Andrés Manuel López Obrador culminó una era con su último Grito de Independencia, marcando el fin de un sexenio cargado de simbolismo patriótico. En el 214 aniversario del inicio de la gesta independentista, el mandatario no solo cumplió con el protocolo, sino que aprovechó la ocasión para lanzar 25 arengas que resonaron desde el balcón de Palacio Nacional hasta los rincones más lejanos de México. No faltaron las menciones a los héroes de la patria, pero también, en un estilo muy propio, hizo espacio para reconocer a sectores que, para él, representan el alma de la nación: los trabajadores, los pueblos indígenas, los migrantes y, claro, «todas y todos los mexicanos».
Desde su primer Grito en 2019, López Obrador dejó claro que su ceremonia no sería como las anteriores. Sus arengas siempre incluyeron algo más que los nombres clásicos de los héroes de la Independencia, poniendo énfasis en conceptos como la fraternidad universal, la soberanía y, en un gesto provocador, la lucha contra la corrupción. Este último Grito no fue la excepción: “¡Que muera la corrupción! ¡Que muera la avaricia! ¡Que muera el racismo!”, clamó, mientras la multitud aplaudía con fervor.
El evento, como siempre, estuvo envuelto en una atmósfera cargada de solemnidad y celebración. Luego de recibir la bandera de manos de la escolta del Heroico Colegio Militar, el presidente salió al balcón y lanzó sus vivas. “¡Vivan los trabajadores mexicanos, que son de los mejores del mundo! ¡Vivan nuestros migrantes! ¡Viva la grandeza cultural de México!”, entre otras. Estas palabras, más allá de ser retórica patriótica, reflejan las prioridades y los valores que López Obrador ha querido promover durante su mandato.
Video: Andrés Manuel López Obrador da su último Grito de Independencia como Presidente de México
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Tras los vítores, el ondeo de la bandera y el repique de la campana, el Himno Nacional retumbó en el Zócalo, seguido de un espectáculo de fuegos artificiales y luces que cubrieron el cielo de la Ciudad de México. Para muchos, el momento más emocionante de la noche fue cuando la banda MS de Sergio Lizárraga volvió al escenario, después de haber calentado los ánimos desde las 22:00 horas. A pesar de la tormenta que cayó sobre la capital, el ambiente nunca decayó. Los asistentes, empapados pero felices, disfrutaron del mariachi de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Banda Filarmónica del Centro de Capacitación Musical y Desarrollo de la Cultura Mixe.
Este último Grito no solo cierra un ciclo personal para el presidente, sino que también marca el fin de una etapa en la que México vivió grandes cambios. En 2019, sus vivas a los “héroes anónimos” y la “fraternidad universal” ya apuntaban a su visión de un país más inclusivo y solidario. El Grito de 2020, celebrado ante un Zócalo vacío por la pandemia de COVID-19, reflejó la tragedia de ese momento con un minuto de silencio por las víctimas. En 2021, aún sin público, López Obrador añadió a su discurso el reconocimiento a las culturas prehispánicas y la honestidad. Y en 2022, tras dos años de restricciones, la multitud volvió al Zócalo mientras el presidente gritaba: “¡Muera el clasismo! ¡Muera el racismo!”
Este 2024 no fue solo el último Grito de AMLO; fue la culminación de un estilo particular de liderazgo, en el que las arengas patriót