
Playa del Carmen, Quintana Roo.- El deceso de un hombre de nacionalidad extranjera, en un hotel de la Riviera Maya, derivó en una aparente triangulación de “moches” entre este centro de hospedaje, una clínica privada y una funeraria, la que fue frenada, brevemente, por la intervención fortuita de la Fiscalía General del Estado, quien se quedó con este cuerpo antes que estas empresas pudieran cobrarles a los familiares del difunto.
Sin embargo, un día después, este organismo accedió a regresar los restos a la funeraria en cuestión.
Ayer, la clínica particular Costamed fue notificada del deceso de un extranjero, Samuel Jason Hooker, de 48 años de edad, por causas aún desconocidas, en el hotel El Dorado Seaside, ubicado en Tulum.
Una ambulancia fue enviada al lugar, y los paramédicos confirmaron que el huésped ya no contaba con signos vitales. Sin embargo, en lugar de reportar esto a la autoridad, como es su obligación, procedieron a retirar el cuerpo, fingiendo que todavía contaba con vida.
Fuentes cercanas a los hechos confesaron que esto es una práctica común, para evitar la llegada de policías y peritos a algún hotel o parque. Los paramédicos reciben la orden de proceder así por parte de la clínica, pues existe un “acuerdo” entre las partes.
Las irregularidades no terminaron así, pues no conforme de cobrarle un “moche” al hotel por sacar un cadáver de forma clandestina, Costamed procedió a informar del deceso a la funeraria 2 Norte Internacional, para “venderle el muerto”.

Esta funeraria paga una fuerte suma por poder llevarse el cadáver, para luego cobrar una tarifa estrafalaria a los deudos, algo que también es una práctica común. Con información de Noticaribe.