
Redacción / Quintana Roo Ahora
CANCÚN.- Las principales avenidas del centro de Cancún se llenan de colores y estruendos con la llegada de la temporada decembrina. Sin embargo, detrás del espectáculo de la pirotecnia, se esconde una realidad compleja: decenas de vendedores ambulantes operan sin los permisos necesarios del Ayuntamiento de Benito Juárez ni de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Aunque no existe un registro oficial, se calcula que más de 100 comerciantes de pirotecnia se distribuyen por toda la ciudad. Su ubicación es tan volátil como su mercancía, pues desaparecen rápidamente ante cualquier operativo de inspección. El centro de Cancún, particularmente la zona conocida como «El Crucero», concentra la mayor cantidad de estos puestos improvisados, compuestos por un huacal de madera, una tabla y bolsas negras donde almacenan los productos.
Jóvenes trabajadores detrás del negocio
La mayoría de los vendedores son jóvenes provenientes de Chiapas, quienes laboran largas jornadas de hasta 14 horas, especialmente los días 25 y 31 de diciembre. Por su trabajo, reciben un sueldo diario de 500 pesos, enfrentando tanto el riesgo de las inspecciones como el peligro de manipular material altamente inflamable.
Estos vendedores no solo están en el corazón de Cancún. Se les puede encontrar a lo largo de avenidas como José López Portillo, Miguel Hidalgo, Francisco I. Madero, Nichupté, Tules y Lakín, distribuidos estratégicamente a cada tres cuadras o en tramos de aproximadamente un kilómetro.
La venta digital: un reto adicional
Además de los puestos físicos, las redes sociales se han convertido en un escaparate para la venta de pirotecnia. Bajo nombres como «artículos navideños de entretenimiento», se ofrecen desde las tradicionales luces de bengala hasta los explosivos más potentes. Los precios varían desde 35 pesos por una bolsa de cebollitas hasta 400 pesos por las populares metralletas. Incluso se incluye un costo extra de 50 pesos por entrega a domicilio.
Regulación insuficiente
La presidenta municipal, Ana Paty Peralta, aseguró que se realizarán revisiones estrictas para evitar la venta de pirotecnia en las calles y que quienes incumplan serán multados. Sin embargo, reconoció que las plataformas digitales representan un desafío para la regulación, permitiendo que el comercio continúe sin restricciones.
Un negocio que persiste
A pesar de los esfuerzos por controlar esta actividad, el comercio de pirotecnia sigue creciendo, impulsado por la demanda de la temporada. Mientras tanto, los vendedores ambulantes, con su mercancía en mano y un ojo puesto en los operativos, permanecen como una parte inevitable del paisaje decembrino de Cancún.