Paso En Falso
El agua es un derecho, no un negocio, pero en Quintana Roo hay quienes han jugado con él como si fuera un botín político. Hace unos años, un grupo de legisladores levantó la mano sin titubear para extender la concesión de Aguakan hasta el 2053. Entre ellos, Marybel Villegas, quien en aquel entonces militaba en el PRI y votó sin pudor a favor de la empresa que ha cobrado tarifas abusivas y ofrecido un servicio deficiente. Hoy, en un giro de cinismo descarado, aplaude el anuncio de Claudia Sheinbaum sobre la revocación de esa misma concesión.
No está sola en este teatro de hipocresía. «Chanito» Toledo, que ahora se vende como el gran defensor de los playenses, también votó a favor de Aguakan. Lo mismo hicieron Pedro Flota; Maritza Medina; Juan Carrillo, el “pirata” del erario de Isla Mujeres; Filiberto Martínez y una larga lista de nombres que, en su momento, decidieron privilegiar el negocio sobre el bienestar de la gente. Hoy, muchos de ellos se acomodan en nuevas siglas, presumen compromiso con la ciudadanía y hasta organizan marchas «en defensa del agua». ¿Creen que la memoria de los quintanarroenses es tan corta como su vergüenza?
La realidad es que la lucha por recuperar el agua en Quintana Roo no fue promovida por quienes traicionaron al estado en el pasado. Fue la gente la que alzó la voz, organizó consultas populares y presionó hasta que el tema llegó a la agenda nacional. No fue Villegas, no fue Toledo y mucho menos Carrillo, no fueron los que vendieron el derecho al agua con su voto. Ahora que el proceso avanza, intentan apropiarse del triunfo como si nunca hubieran estado del otro lado.
La incongruencia no sólo es de los que hoy fingen indignación, sino también de quienes gobiernan. Mara Lezama ahora respalda la salida de Aguakan, casualmente al momento que Claudia Sheinbaum así lo anunció. Si realmente hubiera estado en contra desde el principio, ¿por qué en su gobierno siguen figurando personajes que votaron a favor de la concesión? Muchos de los nombres en esa lista negra hoy forman parte de su administración o son cercanos a su círculo de poder. Basta ver a Paul Carrillo, quien como presidente municipal de Cancún avaló la extensión del contrato y hoy, como secretario de Economía estatal, se mantiene en el gabinete sin problema. ¿Así o más claro?
