
Redacción / Quintana Roo Ahora
José Ramírez, un depravado disfrazado de pastor, violó a su hijastra y la tenía amarrada como un animal antes de que la comunidad lo linchara.
La comunidad evangélica de Santa Rosa de Cabal está hervida de rabia al descubrir que quien se suponía era un «hombre de Dios» resultó ser un monstruo sin escrúpulos. José Ramírez, el cobarde que aprovechó su cargo como pastor para abusar de una niña de 13 años, no solo la violó, sino que la tenía amarrada con cuerdas y una cinta en el cuello, a punto de asfixiarla.



Pero la maldad de este desgraciado no terminó ahí. Cuando la valiente niña logró escapar y gritar «¡Me violó, me violó!», los vecinos descubrieron que este degenerado ya había cavado un hoyo con una tina azul del tamaño de un cuerpo, lista para enterrarla y ocultar su crimen. ¡QUÉ ASCO!
La comunidad, harta de tanta impunidad, lo agarró a golpes antes de que la Policía lo rescatara (para qué) y lo llevara al hospital. Ahora, mientras la víctima lucha por recuperarse, la gente exige justicia real, no solo unas cuantas costillas rotas.
¡BASTA DE DEPREDADORES ENCUBIERTOS! Este violador debe pudrirse en la cárcel, porque ni la iglesia ni la sociedad toleraremos más a estos hijos del demonio que se esconden tras la Biblia para cometer sus atrocidades.