Redacción/Quintana Roo Ahora
Morelia, Michoacán.- La crisis de seguridad en Michoacán continúa agravándose. En medio de la conmoción por los asesinatos del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, y del líder limonero Bernardo Bravo, la Fiscalía General del Estado reportó la desaparición de Alejandro Correa Gómez, exalcalde de Zinapécuaro durante el periodo 2018-2021.
De acuerdo con la ficha de búsqueda difundida por las autoridades, el exfuncionario, de 41 años, fue visto por última vez el domingo pasado en Ciudad Hidalgo, cerca de la frontera con el Estado de México. Su desaparición fue registrada alrededor de las 2:00 de la madrugada en la comunidad de Tierras Coloradas.
“Se teme por su integridad, ya que puede ser víctima de algún delito”, indica el reporte oficial de la Fiscalía.
En la ficha se describe a Correa con una cicatriz en la ceja derecha y se solicita la colaboración de la ciudadanía para aportar información que ayude a localizarlo.
En sus redes sociales, el exalcalde había compartido recientemente publicaciones alusivas al Día de Muertos, en las que mencionaba haber acudido al panteón a visitar la tumba de su madre. Además, mantenía una participación activa en la organización Michoacán en Movimiento, vinculada al senador Raúl Morón Orozco, con miras al proceso electoral de 2027.
Durante su administración municipal, Correa enfrentó graves problemas de seguridad, especialmente tras la masacre del 27 de marzo de 2022 en la comunidad de Las Tinajas, donde un grupo armado irrumpió en una pelea de gallos y asesinó a 20 personas. En aquella ocasión, el exalcalde hizo un llamado público al entonces presidente Andrés Manuel López Obrador para reforzar la estrategia de seguridad en la región.
La desaparición de Correa ocurre en un contexto de creciente violencia en Michoacán, donde grupos criminales mantienen disputas por el control del tráfico de drogas, la producción agrícola y el robo de combustibles. La zona de Zinapécuaro, colindante con Guanajuato, se encuentra dentro del corredor afectado por el huachicol y la presencia del Cártel Jalisco Nueva Generación.
El caso se suma a los recientes homicidios de Carlos Manzo en Uruapan y Bernardo Bravo en Apatzingán, hechos que han encendido las alertas en torno a la seguridad de autoridades locales y líderes sociales en la entidad.
