diciembre 26, 2025

Redacción / Quintana Roo Ahora

Brasil.— Lo que comenzó como un gesto de compasión se transformó en una historia que hoy enternece a miles de personas. Johnny, un perrito que llegó exhausto a la entrada de una capilla en Brasil, encontró no solo alimento y refugio, sino también un nuevo propósito dentro de la comunidad religiosa.

El padre Luiz Paulo fue quien lo vio por primera vez. Al notar su cansancio y abandono, decidió darle comida y un lugar seguro donde descansar. Desde ese día, Johnny no volvió a irse. Poco a poco comenzó a seguir al sacerdote, permaneciendo tranquilo durante las celebraciones religiosas y acomodándose entre los bancos, como si entendiera la solemnidad del momento.

Con el paso del tiempo, el can se volvió un asistente fiel en cada misa, acompañando al padre Luiz Paulo con una calma que sorprendió a los feligreses. El vínculo fue tal que el sacerdote decidió confeccionarle una pequeña túnica roja y blanca, convirtiéndolo en el ya famoso “perrito monaguillo” de la parroquia.

Actualmente, Johnny es parte de la vida cotidiana del templo. Aunque suele pasear por el barrio, siempre regresa puntualmente para acompañar al sacerdote en las celebraciones. Su historia se ha vuelto un símbolo de ternura, empatía y del impacto que un acto de bondad puede tener, no solo en la vida de un animal, sino en toda una comunidad.

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