La reciente visita de Claudia Sheinbaum, la virtual contendiente por la Presidencia de México por parte de Morena, a Playa del Carmen, no solo estuvo marcada por su fuerza mediática, sino también por sorpresas que mantuvieron a políticos y militantes expectantes durante todo el encuentro.
Una de las revelaciones más impactantes fue la presencia de Iris Mora, quien anteriormente se desempeñó, por vía plurinominal, como diputada de la XVI Legislatura de Quintana Roo durante el periodo 2019-2022. Lo que dejó a muchos boquiabiertos fue el cambio de color político de Mora, quien decidió abandonar el amarillo para abrazar el distintivo guinda de Morena. Este cambio no solo ha capturado la atención de la opinión pública local, sino que también ha desencadenado especulaciones sobre los motivos detrás de esta sorprendente transición, aunque muchos apuntan a que Mora busca por fin ganar por lo menos una vez en su insípida carrera política.
Iris Mora, al sumarse al movimiento de la 4T, ha enviado un mensaje claro sobre su alineación política y su apoyo a la plataforma de Claudia Sheinbaum. Este movimiento podría tener implicaciones significativas en el panorama político local, dado el historial y la experiencia de Mora en la legislatura pasada.
Este cambio significaría el último clavo en el ataúd del Partido de la Revolución Democrática (PRD), pues los “chuchos” ya no buscan como rascarse para evitar la desaparición del amarillo en Quintana Roo, pues Iris es una de las pocas «cartas fuertes» que les quedaban para dar algo de batalla.
Y es que el PRD ha perdido su registro en 19 entidades federativas, las dos más recientes fueron el Estado de México y Coahuila, en donde el partido amarillo no alcanzó el umbral de tres por ciento de los votos que se requiere para subsistir en un sistema que cada vez opta más por el bipartidismo.