El ecocidio disfrazado de progreso

En medio de la belleza de las playas de Cancún y sus espacios naturales, un oscuro capítulo de degradación ambiental se está escribiendo con tinta invisible.

La reciente apertura de una nueva celda emergente en la Parcela 175, por parte del gobierno municipal de Benito Juárez, ha levantado las alarmas de aquellos preocupados por la preservación del entorno natural.

La presidenta municipal, Ana Patricia Peralta, nos asegura que todo está bajo control, pero las sombras de la desconfianza se ciernen sobre este proyecto. La compatibilidad de esta celda con el Programa de Ordenamiento Ecológico Local de Benito Juárez (POEL) está en duda, y no es difícil entender por qué.

La ubicación estratégica de la Parcela 175 dentro de las Unidades de Gestión Ambiental (UGAs) 06 y 20, con políticas de Protección y Restauración respectivamente, plantea serias preguntas sobre la legalidad y ética de este proyecto.

¿Cómo puede ser autorizado un depósito de residuos sólidos en áreas incompatibles con su función?La respuesta de la presidenta alegando que el POEL será «actualizado en algún momento» suena más a una excusa desesperada que a una solución pensada.

¿Cómo puede el POEL, un pilar crucial de la política ambiental, ser modificado para acomodar un proyecto que parece haber sido aprobado sin la debida consideración ambiental?

La falta de aptitud de las UGAs para un sitio de disposición final de residuos sólidos debería ser motivo suficiente para detener este despropósito ambiental. No obstante, Peralta insiste en que cuentan con todos los permisos necesarios, como si los permisos fueran un salvoconducto mágico que absuelve cualquier impacto negativo en el medio ambiente.

A esto, le sumamos que tal parece que la consigna ahora es multiplicar “gastos”, realizando un espectáculo de malabares financieros.

En el centro de la pista, la entidad paramunicipal Solución Integral de Residuos Sólidos Cancún (Siresol) ha desplegado su gran número: un curso intensivo sobre cómo hacer crecer el dinero, pero ¡sólo en la nómina! Siresol ha logrado lo impensable: incrementar su presupuesto para «servicios personales» en un modesto, casi imperceptible, DOS MIL por ciento, pasando de un millón 200 mil pesos a 23 millones 200 mil pesos, al parecer, para cada problema, esta administración tiene un “parche” ya preparado.