Redacción / Quintana Roo Ahora
Chiapas.- Ubicado en las pintorescas montañas del estado de Chiapas, al sureste de México, el municipio de Chamula ha sido reconocido tradicionalmente por su rica cultura indígena y arraigadas costumbres. Sin embargo, en las últimas décadas, este lugar ha sido testigo de un fenómeno inusual que lo ha proyectado a nivel mundial: el extraordinario consumo de coca-cola. Esta es la narrativa de cómo una bebida global se ha fusionado con las tradiciones y la vida diaria de esta comunidad indígena.
En la década de 1960, coca-cola emprendió una agresiva expansión en mercados rurales y apartados de México, encontrando en Chamula, habitado principalmente por tzotziles, un punto clave. La icónica bebida, con su sabor dulce y refrescante, capturó rápidamente la atención de los lugareños. Pero en Chamula, la integración de la coca-cola no fue simplemente un acto de consumo, sino una fusión con las prácticas y rituales indígenas. Los chamulas, conocidos por sus sincretismos religiosos que combinan el catolicismo con creencias autóctonas, comenzaron a incorporar la coca-cola en sus ceremonias religiosas.
La bebida se convirtió en una ofrenda a los dioses y una herramienta para rituales de curación espiritual. Se creía que el gas de la coca-cola ayudaba a purificar los cuerpos de malos espíritus, sustituyendo así el uso tradicional de bebidas alcohólicas como el posh.
El aumento del consumo de coca-cola en Chamula también se debió a su omnipresencia y, en muchos casos, a su menor costo en comparación con el agua potable. En muchas comunidades rurales de Chiapas, el acceso al agua segura es limitado, mientras que las tiendas locales están bien surtidas con coca-cola, garantizando su disponibilidad gracias a las estrategias de marketing de la empresa.
Sin embargo, este incremento en el consumo no estuvo exento de consecuencias. La proliferación de problemas de salud relacionados con un alto consumo de azúcar y calorías, como diabetes, obesidad y enfermedades dentales, se convirtieron en preocupaciones latentes en la comunidad. Estos problemas se vieron agravados por la escasez de asistencia médica adecuada. Ante este escenario, tanto a nivel local como externo se han implementado medidas para abordar los desafíos en materia de salud.
Diversas organizaciones de salud han trabajado arduamente para concienciar sobre los riesgos asociados al consumo excesivo de bebidas azucaradas, fomentando hábitos alimenticios más saludables. Asimismo, se han puesto en marcha programas destinados a mejorar el acceso al agua potable segura en las comunidades rurales de Chiapas.
El fenómeno del consumo masivo de coca-cola en Chamula representa un dilema contemporáneo en el que la tradición y la globalización entran en conflicto. Mientras la bebida se ha entrelazado con las prácticas culturales, sus efectos adversos en la salud han generado un debate sobre cómo equilibrar las costumbres arraigadas con las demandas de un estilo de vida más saludable.