Otra vez la magia de la “justicia” electoral en Quintana Roo

Redacción / Quintana Roo Ahora

QUINTANA ROO.- La «justicia» electoral en Quintana Roo ha vuelto a sorprender a propios y extraños. En un giro inesperado, Isaac Janix no será parte de la XVIII Legislatura por la vía de representación proporcional. A pesar de que el Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo) había asignado tres curules al Partido Verde Ecologista de México (PVEM), las reglas del juego cambiaron en el último momento. En lugar del exindependiente Janix, será Jorge Armando Cabrera Tinajero quien tome su lugar, bajo el polémico criterio de primera minoría, conocido popularmente como «repechaje».

Este inesperado cambio nos recuerda una vez más cómo la ingeniería electoral puede rediseñar los resultados a conveniencia de ciertos actores políticos. Cabrera Tinajero, quien perdió como candidato de mayoría en el Distrito 08, ahora se verá beneficiado, aunque su desempeño en las urnas dejó mucho que desear. En la elección donde compitió, ganó María Jimena Pamela Lasa Aguilar, de Morena, mientras los partidos de la Cuarta Transformación (4T) fueron por separado. Cabrera quedó en un tercer lugar, superado no solo por Morena, sino también por la coalición PRIAN, logrando apenas un 12% de los votos, por debajo del promedio estatal del PVEM, que se situó en 16%.

Es interesante notar que Jorge Cabrera no fue, ni de lejos, el candidato perdedor con mejor porcentaje en los 15 distritos. Sin embargo, el sistema electoral de Quintana Roo, con sus ya tradicionales «ajustes» de última hora, ha logrado que su nombre aparezca en la lista de diputados plurinominales, desplazando a Janix. Así, la «magia» del sistema vuelve a cobrar vida, garantizando que las matemáticas políticas, más que la voluntad popular, determinen quiénes son los representantes de la ciudadanía.

La pregunta que queda en el aire es hasta cuándo seguirán los ciudadanos de Quintana Roo permitiendo que las reglas del juego cambien de manera tan arbitraria y a última hora, beneficiando a unos pocos a costa de la voluntad de muchos. ¿Será que esta vez la «magia» tendrá consecuencias políticas más allá de los pasillos del congreso?