Redacción / Quintana Roo Ahora
Quintana Roo.- Cada año, entre septiembre y diciembre, el hemisferio norte experimenta un fenómeno astronómico tan antiguo como la misma Tierra: el equinoccio de otoño. Este 2024, el equinoccio se producirá el 23 de septiembre, marcando el inicio oficial de la temporada otoñal. Es un momento de equilibrio perfecto entre el día y la noche, un hecho que ha fascinado a civilizaciones desde tiempos ancestrales y que tiene su explicación en la ciencia.
El término «equinoccio» proviene del latín aequus (igual) y nox (noche), haciendo referencia a la igualdad en la duración del día y la noche. Este evento ocurre dos veces al año: en marzo, con el equinoccio de primavera, y en septiembre, con el equinoccio de otoño. Durante el equinoccio de otoño, el Sol cruza el ecuador celeste, la línea imaginaria que divide el cielo en los hemisferios norte y sur, resultando en que ambos hemisferios reciben la misma cantidad de luz solar. Esto da lugar a esa paridad temporal entre las horas de luz y oscuridad que no se repite en ningún otro momento del año.
Científicamente, el equinoccio es una consecuencia del eje inclinado de la Tierra, que rota en un ángulo de 23.5 grados. A lo largo del año, esta inclinación provoca que diferentes partes del planeta reciban más o menos luz solar, creando las estaciones. Sin embargo, en los equinoccios, el Sol se encuentra directamente sobre el ecuador terrestre, lo que permite una distribución equitativa de la luz solar entre ambos hemisferios.
El equinoccio de otoño no solo marca el inicio de la temporada donde los días se hacen progresivamente más cortos y las noches más largas, sino que también da paso a un momento de transición en la naturaleza. Las hojas comienzan a cambiar de color, los animales se preparan para la hibernación y el clima se vuelve más fresco. Es un recordatorio de que todo en la vida está en constante cambio, y que la naturaleza siempre busca equilibrio.
Aunque el equinoccio de otoño inicia el 23 de septiembre, la estación dura hasta el 21 de diciembre, cuando el solsticio de invierno da paso a la siguiente fase del ciclo estacional. Durante este tiempo, el hemisferio norte experimenta un enfriamiento gradual a medida que el Sol se aleja de su posición más directa sobre la Tierra.
El equinoccio, además, tiene un simbolismo profundo en muchas culturas. En la antigüedad, civilizaciones como los mayas y los egipcios organizaban sus actividades agrícolas y rituales religiosos en torno a este fenómeno, viendo en él un balance cósmico. Hoy en día, aunque la ciencia ha desmitificado gran parte de su misterio, el equinoccio sigue siendo un recordatorio de la conexión que compartimos con el cosmos y el equilibrio que debemos buscar en nuestras vidas.
Así que, mientras las hojas cambian de color y los días se enfrían, el equinoccio de otoño nos invita a reflexionar sobre nuestros propios ciclos personales, a abrazar los cambios y a buscar armonía, tal como lo hace la Tierra con el Sol en este momento único del año.